No tengo lana, pero de alguna manera adquirí tres libros esta semana.

Hay varias formas de adquirir bienes. Yo pasé por tres procedimientos los cuales pasaré a relatar:
1. La compra espléndida: Estábamos a punto de pagar con tarjeta el regalo de mi suegro cuando Fefé me preguntó si quería un libro. Mis ojos se iluminaron, tal vez hasta babeé un poco y corrí a la librería. Llegué con "La piel del cielo" de Elena Poniatowska. Entonces me di cuenta que realmente a Fefé le valía un comino comprarme un libro. Lo único que quería era completar el monto mínimo para que le aceptaran el pago con tarjeta. Pero se fregó, porque librería no entraba en la promoción. Y como me puse en plan de "me dejas como estaba" se tuvo que poner espléndido y pagar por el libro.

2. La compra sincera: Pero Fefé no es solamente práctico. Es un hombre generoso. Y hoy llegó de la calle con "La voz de Lila", un librito del que ya había hablado anteriormente (porque en el tour de cine francés llegó una película basada en este libro) y que ya había leído, cortesía de la comadre. Ahora la modalidad de lectura será a la luz de las velas y desnudos en agradecimiento a tan lindo detalle.

3. La compra histérica: Esto pasó ayer. Estaba buscando un libro para mi papá, para lo cual contra mis principios, me dirigí a La Prensa. Iba a dar vuelta en la glorieta y que se me atraviesa un carrazo. Le menté la madre, le hice señas obscenas y otras linduras. Llegué a la librería y me puse a inspeccionar. Por los ventanales vi que se estacionó el auto contra el cual pude haberme impactado. Agarré el primer libro que vi y hundí mi cabeza en él. Luego vi que los que se bajaron del carrazo eran el ex-gobernador y sus achichincles. Ahí me entró la histeria y salí a madre. Como iba con libro en mano me devolvieron en la salida y tuve que pagarlo. Es "El nadador" de Gonzalo Contreras. Sólo espero que la huída haya valido la pena.

Ya después les contaré cómo me fue con la modalidad "Lectura en voz alta_desnudos_velas_en la cama".

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Princesa me mandó el meme infantil. Le dije que no tenía fotos mías de pequeña y es verdad. El domingo busqué fotos mías en casa de mi mamá y me di cuenta que es muy probable que yo haya sido adoptada. O sea, ¿blanquita? ¿rubiecita? ¿cómo?. Y efectivamente. No encontré fotos mías.
Pero, la buena noticias es que hoy hablé con mi madre, que todavía se encuentra con mi tía Raquel y me contó que esta noche después de la cena habían estado viendo fotografías y encontró cantidad de fotos mías de la que me tomaba mi tío Jesse cada vez que íbamos de visita. Prometió traerme algunas. Hasta entonces me conocerán cuando era inocente, tierna y recién adoptada.

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