Las fotografías no sólo te roban el alma. También la reputación. Ésta me la tomó un wey del trabajo al cual adopté durante la mañana ya que esperaba que llegaran por él. Antes de irse le confió a la secretaria que yo ya había caído redondita bajo sus encantos. Y la secretaria se carcajeó frente a él y además le dijo a medio mundo la ocurrencia.
Espero con ansia a que lleguen las vacaciones y que todo mundo se olvide del incidente.
Por cierto... ¿alguien reconoce lo que cubre mi bello rostro de odalisca?
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