¡Mostros!!!

Me he sentido un tanto asustada estos días.
Iniciamos clases la semana pasada. Y no hemos tenido absolutamente ningún problema con la disciplina de los grupos.
Debo decir que yo me sentía un poco temerosa. Yo quería darle clases a los grupos de primer año y llevármelos los tres años, como con la generación anterior. Pero el jefe no quiso. Se supone que tengo un poco más de experiencia para todas las actividades que vienen para tercero de secundaria. Sentí bastante decepción, ya que tenía preparado incluso un libro de texto (escrito por mí) para primer grado. Todo el taller de lectura y redacción estaba preparado en base al contenido programático de primer grado. Es decir, cuestión de arrancar y ya.
Pero no.
Me chutaron a tercero, y no a cualquier tercero, un tercero que en segundo grado fue terrible.
Yo llegué el primer día a los salones firme, firme, con yelmo y armadura. Y los muchachos, atentos, callados... Mi principal miedo era un grupito de niñas muy inteligentes y líderes expertas en sarcasmos. Un dulce. Lindas ellas.
Un chico al que llamaremos Jair (porque así se llama) fue la pesadilla en los dos años pasados. Ahora resulta que le gusta hacer tareas. Y Luis, alias el mudo, habló!
Tiemblo.
Dónde están mis alumnos? Quiénes son estos mocosos? Qué clase de enfermo juego mental están trabajando con nosotros, pobre profesores?
Inicié el año temerosamente, y aunque no se me quita el temor, decidí dejarme llevar por la corriente. Recordé que en los años que tengo trabajando ahí, mi carro se ha salvado de rayones y ponchaduras. Eso me dio un poco confianza.
Hoy probé una estrategia para probar cómo andamos, en general, conocimientos y actitud.
Tuvimos viernes de relax.
Empecé entregándoles a todos un ejemplar de "El Señor de las moscas" que la SEP nos envió para un programa que van a llevar dentro de las clases de Civismo. Yo estoy apoyando al profesor (El Pollo, cuando le conocí le dije que yo conocía otro Pollo, que si no sería parientes y él dijo que podría ser, que de dónde era el Pollo que yo conocía. Yo le respondí que era de los pollos de los de acá. Él respondió que muy posiblemente era de los mismos pollos, aunque él era de los de allá. Pinche Pollo. Me cae rebien.) apoyo al Pollo, no lo empollo, con la lectura de los libros en mi materia. Y dimos inicio con el programa el día de hoy.
Me quedé sos-pren-di-da.
Los muchachos leyeron. Estuvieron calladas. Intercambiaron un para de comentarios mientras leían. Aguantaron 40 minutos. Es bastante. Después de que comenzaron a despertar y salir del ensueño de la lectura, comentamos los personajes que habíamos conocido, de los antecedentos que ellos imaginaban y el futuro que querían para los personajes.
Con el otro grupo sucedió lo mismo, aunque a ellos los saqué al jardín. Quise probar para la semana siguiente llevármelos a un parque a leer. Hubo más animación en la discusión posterior a la lectura e igualmente, todos se mostraron muy interesados.
Más tarde pasé a recoger tareas a uno de los grupos. Un solo alumno me faltó con la tarea, méndigo Óscarito. Yo me sentía tan realizada porque nunca antes, en cinco años, me había ido tan bien con las tareas.
En la última hora aproveché para ver cómo andaban de conocimientos generales. Esa última hora es de otra materia que tengo con ellos, pero como hoy era de relax, jugamos al maratón.
Y válgame la virgen de la cueva!! son buenos los mocosos. Y aprenden mejor en competencia. Si en el examen de historia no supieron qué grupo indígena habitó Michoacán y ni les interesó averiguarlo, en medio del juego nadie se quería quedar sin la respuesta. Si un equipo no sabía la respuesta y otro sí, todos querían escuchar lo que habían contestando.
Debo hablar del receso? Ni un solo papelito tirado!
Nuestros alumnos son limpios, pero no tanto.
Tuve un concurso de Ortografía y hoy saqué a los finalistas. Cuando dije los nombres en los respectivos salones, todos aplaudieron. Eso fue el colmo. Ellos no suelen aplaudir los logros ajenos.
Será posible tanto cambio?
Debo preocuparme o disfrutarlo?
Bueno.. no debo negar que disfruto mucho mis clases y el cotorreo con los adolescentes mutantes pero esto es algo que no me había tocado ver.
Ahora, si todo esto es real... caray! cuánto tiempo va a durar y qué puedo hacer yo para que siga funcionando?

Haiku
Unas alumnas me escribieron el siguiente Haiku:
El tiempo pasa
y no te puedo olvidar
Triste recuerdo.

Fue bueno. Aunque me parece familiar.

Mi larvita menor me escribió hace unas noches un haiku:
La luna está dormida
ya no tiembla de frío:
Nubes la arropan.

Si mi científico hace temblar a la maestra en clase de religión, mi pequeño místico va a hacer sufrir al maestro de Ciencias.

Comentarios

Flakushis dijo…
Caray, Beba. Qué felicidad. Yo puedo hablar maravillas de mis chavalos de secundaria, pero porque todos estaban participando en el montaje de la obra porque ellos querían, y aunque de repente no les paraba el pico, me hacía muy feliz trabajar con ellos, pero mira que hacerlos cumplir con la tarea y tenerlos callados 40 minutos... ¡wow! Me quito el sombrero, mayestra.

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