Teatro Bar El Hábito, Paraíso de la Idiotez
Está usted ingresando a la página que le permitirá hacer el ridículo, fracasar y equivocarse, sin abandonar jamás ese sentimiento de legítima vergüenza.
Bienvenidos al hoyo negro de la libertad de pensamiento!
Lo de "teatro bar" es para conservarlas formas, pero no se deje engañar. Esto es un cabaret.
(nomás no le digan a nadie)

Durante algunos años seguí la huella de esta página. Me interesaba mucho saber de qué me estaba perdiendo. Pero ahora la pérdida duele más.

Ayer Las Patronas (doña Liliana y doña Jesusa) anunciaron que dejan el teatro bar que ellas mismas fundaron, El Hábito. Y con esto, también dejan de estar a cargo del teatro La Capilla, que fundara Salvador Novo hace más de cincuenta años. El Hábito seguirá en funcionamiento, pero ahora a cargo de Las Reinas Chulas, un grupo que realiza Cabaret político.
Cuando leí la noticia de las patronas, me dio un dolorcito gacho en el corazón. Me acordé de las muchas cosas que he querido hacer y no he hecho. Creemos que dichas cosas siempre estarán ahí.
Recuerdo que cuando Chavela Vargas se presentó la última vez en el Festival Cervantino, ya andabábamos haciendo maletas para irnos. Me decía que en una de ésas nuestra Paloma negra de los excesos, se nos volvía a enfermar y ya no la escuchábamos de nuevo. No pudimos ir.
Luego, estuvieron en el D.F. Les Luthiers. Igualmente, nos pusimos a hacer planes (bueno, los planes los hice yo solita, Fefé no me entiende cuando me río con Les Luthiers o Monty Python). Ya se me hacía que a Ravinovich le caía encima el contrachitarrone o el tubófono silicónico cromático. Y sin Daniel, Les Luthiers no es lo mismo. Igual, hice maleta y planes, pero las cosas siguieron sin salir.
Uno piensa que las personas o las cosas estarán siempre ahí. Cada vez que le echaba un ojito a la cartelera de El Hábito, le mandaba un mail a Fefé. Y comenzábamos con nuestros sueños guajiros de escaparnos un fin de semana a México, dejándolo siempre para después.
Lo triste no es que las personas o las cosas no estén para siempre donde uno quiere. Lo triste es que uno ya no esté. Y en eso no había pensado hasta esta mañana que Fefé me recordó que nos podemos ir en un tris.
De nuevo pensé en ese viaje a Cuba que queremos hacer.
Si quiero que las cosas pasen tengo que trabajar por ellas. Y pronto, no vaya a ser que me caiga encima un piano o un suicida.

Solamente para rematar, las razones del traspaso de El Hábito en palabras de las patronas:
"total, nunca le han faltado desgracias a este sufrido pueblo que ya se merece mejores gobernantes y también mejores cabaretes, exponemos para el amable auditorio las razones por las cuales hemos decidido traspasar El Hábito. A saber, por si nos llaman para la casa del Big Brother; por si Slim nos abre un cabaret en el Centro Histórico; por si Jorge Castañeda nos necesita para su campaña; por si Fonatur decide vender a peso el metro cuadrado del subsuelo de la Pirámide del Sol y hacemos el cabaret Mictlán; por si Marta y sus hijos necesitan algún espectáculo para el Tamarindillo o el reclusorio; por si se muere Roberto Cantoral y queda vacante la dirección de la SACM, por si el IMSS demuestra, ahora sí, que Monsiváis y Eugenia León son nuestros empleados de planta".

Si quiere saber más sobre el velorio de El Hábito, píquele aquí.


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