Circulando, circulando...
Tengo unos días dejando que el sol me dé en la cara. Ya comenzaba a verme muy traslúcida de tanto día encerrada.
El domingo pasado (no ayer) después de gritarle a Fefé que me llevara a alguna pinchi parte porque me estaba volviendo loca, fui transportada de emergencia al cine más cercano.
Se nos ocurrió ir tempra para que no hubiera tante gente en el centro comercial, pero eso mismo pensaron los padres de los cientos de niños que estaban sentados en las filas aledañas a nosotros. Regularmente los niños no me incomodan, ni cuando gritan como poseídos. Soy de la opinión de que para que el niño se calme, el papá o la mamá deben darle una vueltecita (pero de cuello) a la criatura. Al menos a nosotros nos funcionó muy bien eso con los infantes. Ese día los niños tampoco me incomodaron, sólo convirtieron mi trayecto en un estresante y angustioso ejercicio de defensa personal. Cuando tienes una cicatriz a la altura de las cabezotas de esos energúmenos, hay que aprender a defenderse. Y por cierto, no nomás de los niños. ¡La gente no se quita! (A que no se fijaron en la distinción que hice entre niños y gente, y se siguieron leyendo tan agusto...). Yo de chica tampoco me quitaba cuando jugaba al "voyderechoynomequitosimepeganmedesquito", pero estas gentes no venían jugando, era más bien un duelo de voluntades de a ver quién se quita primero y lógicamente perdí yo. Después de esa salida regresé a mi casa más loca de como había salido. Pero hay que tener fe.
En la semana Fefé nos llevó a una exposición en la que un amigo presentó algunas fotografías. Pobre Fefé, nos llevó a mi amiga L y a mí, ambas convalecientes del mismo mal y con sendos letreros azules de discapacitadas colgando del cuello. Ahí fue fácil estar. Llegamos, vimos las fotos, felicitamos al fotógrafo, nos sentamos y le encargamos a mi hombre que nos trajera vino y bocadillos. Bocadillos no alcanzamos porque la gente estaba bien brava y hambrienta y ya ven cómo se ponen las personas en ese tipo de eventos, sacan lo mejor de sí, toda elegancia y distinción. Al cabo que ni queríamos, de ahí nos llevaron a cenar al Calicanto unas quesadillitas bien buenas.
El viernes, recuperados la mayor parte de mis sentidos, estuvimos de visita con los Macedo-Islas, para despedir al Kabe. Chido todo, como siempre. Es muy conveniente tener amigos solteros y/o sin hijos. Te recuerdan todo lo que te estás perdiendo. Oh, digo, te ayuda a recuperar la parte del individuo en tu persona. También es muy conveniente tener amigos con hijos. Te da perspectiva y harto gozo cuando ves que a alguien le está yendo peor que a ti. Por eso el sábado la pasé con mis golfas gordas (y el César, que es nuestra gorda honoraria). Esa noche nos dimos cuenta que la forma en que nos entregamos a la comida y al alcohol, no es un mero tirarnos al vicio, como todos piensan, en realidad es una búsqueda virtuosa de coraje, paciencia y resistencia. Se requiere todo eso para comer y pistear en la forma en que nosotras lo hacemos. Esta vez las pláticas giraron en torno a dolencias, enfermedades, sicarios, ejecuciones, hijos y próximas piñatas. Siempre tan interesantes, nosotras.
Ayer ya no salí. Ni madre.Tenía que recuperarme. Me quedé viendo Expedition Africa todo el día (me cagan los reality shows, pero era eso o consumirme lentamente en la vacuidad de mi ser).
Esta semana hay una reunioncita pendiente con las chicas del círculo así que voy a descansar mucho para disfrutar mi reciente entrada en circulación a la vida, o como sea que esto se llame.
El domingo pasado (no ayer) después de gritarle a Fefé que me llevara a alguna pinchi parte porque me estaba volviendo loca, fui transportada de emergencia al cine más cercano.
Se nos ocurrió ir tempra para que no hubiera tante gente en el centro comercial, pero eso mismo pensaron los padres de los cientos de niños que estaban sentados en las filas aledañas a nosotros. Regularmente los niños no me incomodan, ni cuando gritan como poseídos. Soy de la opinión de que para que el niño se calme, el papá o la mamá deben darle una vueltecita (pero de cuello) a la criatura. Al menos a nosotros nos funcionó muy bien eso con los infantes. Ese día los niños tampoco me incomodaron, sólo convirtieron mi trayecto en un estresante y angustioso ejercicio de defensa personal. Cuando tienes una cicatriz a la altura de las cabezotas de esos energúmenos, hay que aprender a defenderse. Y por cierto, no nomás de los niños. ¡La gente no se quita! (A que no se fijaron en la distinción que hice entre niños y gente, y se siguieron leyendo tan agusto...). Yo de chica tampoco me quitaba cuando jugaba al "voyderechoynomequitosimepeganmedesquito", pero estas gentes no venían jugando, era más bien un duelo de voluntades de a ver quién se quita primero y lógicamente perdí yo. Después de esa salida regresé a mi casa más loca de como había salido. Pero hay que tener fe.
En la semana Fefé nos llevó a una exposición en la que un amigo presentó algunas fotografías. Pobre Fefé, nos llevó a mi amiga L y a mí, ambas convalecientes del mismo mal y con sendos letreros azules de discapacitadas colgando del cuello. Ahí fue fácil estar. Llegamos, vimos las fotos, felicitamos al fotógrafo, nos sentamos y le encargamos a mi hombre que nos trajera vino y bocadillos. Bocadillos no alcanzamos porque la gente estaba bien brava y hambrienta y ya ven cómo se ponen las personas en ese tipo de eventos, sacan lo mejor de sí, toda elegancia y distinción. Al cabo que ni queríamos, de ahí nos llevaron a cenar al Calicanto unas quesadillitas bien buenas.
El viernes, recuperados la mayor parte de mis sentidos, estuvimos de visita con los Macedo-Islas, para despedir al Kabe. Chido todo, como siempre. Es muy conveniente tener amigos solteros y/o sin hijos. Te recuerdan todo lo que te estás perdiendo. Oh, digo, te ayuda a recuperar la parte del individuo en tu persona. También es muy conveniente tener amigos con hijos. Te da perspectiva y harto gozo cuando ves que a alguien le está yendo peor que a ti. Por eso el sábado la pasé con mis golfas gordas (y el César, que es nuestra gorda honoraria). Esa noche nos dimos cuenta que la forma en que nos entregamos a la comida y al alcohol, no es un mero tirarnos al vicio, como todos piensan, en realidad es una búsqueda virtuosa de coraje, paciencia y resistencia. Se requiere todo eso para comer y pistear en la forma en que nosotras lo hacemos. Esta vez las pláticas giraron en torno a dolencias, enfermedades, sicarios, ejecuciones, hijos y próximas piñatas. Siempre tan interesantes, nosotras.
Ayer ya no salí. Ni madre.Tenía que recuperarme. Me quedé viendo Expedition Africa todo el día (me cagan los reality shows, pero era eso o consumirme lentamente en la vacuidad de mi ser).
Esta semana hay una reunioncita pendiente con las chicas del círculo así que voy a descansar mucho para disfrutar mi reciente entrada en circulación a la vida, o como sea que esto se llame.
Comentarios
No sabes las ganas que me dan de que todos se casen y/o tengan chingos de hijos.
Saludisimos.
Mr. Ñets, no hay que desearles mal sino convencerlos del vacío rumbo de sus existencias. Si no tienen hijos, al menos que no sean felices por no hacerlo.
tu si sabes regresar, como los grandes!! de cualquier manera no abuses eh
Los padres jamás diremos "No tengas hijos", ¿qué clase de padres seríamos?
No. Nosotros nos enfocamos en hacerles ver a las personas el vacío de sus vidas. Luego, si estas personas deciden llenarlo, con pequeñas personas, entonces sí decimos: "Ay, pobre, mira lo que te fue a tocar, yo por eso...." y entonces hablamos de las maravillas de nuestros hijos, de cómo hablaron a los dos meses, caminaron a los seis y leían al año, y por supuesto todo debido nuestros dotes como padres. También decimos que nuestros hijos dormían toda la noche desde que eran bebés. Esto mata, eh?
Ann, según mi teoría anterior tendría que comenzar a hacerte ver el vacío de tu vida, pero nomás porque eres compa así lo vamos a dejar. Peeeeeerooooo... yo que tú.....(No puedo evitarlo. Viene con los genes maternales).
Ve a ver "Los Emigrados" ayer dijeron que se presentaria alla en chiwas hoy.
Ojala haya dado el recado a tiempo...
:(
Eso de los chamacos, la verdad es que a veces siento que no tengo vida, todo el dia es eso, con decirte que ultimamente casi no veo tele... aunque eso es bueno, en fin.
De vez en cuando es bueno aterrizar con esa raza que no tiene chavos, aunque cuando vayan a tu casa pelen los ojotes cuando ven el desmadre que se traen, o que no tenemos pisto en la casa o adornitos de mas y esas cosas, jejejje (o sera que soy muy simple)
Saludos.
Mi humilde opinion.
Mr. Magoo, así pasa y luego pasa. De repente tienen 10, 11 años y sus amigos son lo más importante en el mundo. Tiempo de agarrar aire porque luego viene la adolescencia.
Ah, y que no sea domingo ni miércoles...