Política de fin de semana
Este fin de semana tuve que traicionar mis ideales y fuertes creencias sobre la forma en que una persona debe pasar el fin de semana.
Y no estuvo tan mal.
El sábado la pasé tomando un curso de diez horas, lo cual puede considerarse el pago del karma por el suplicio que hice pasar a los gerentes de unas maquilas en un curso de diez horas que les di el jueves. No pueden negar que lo disfrutaron los muy masoquistas.
La verdad me hacía falta ese curso para recertificarme como instructura y ya tenía dos años haciéndome pendeja para no tomarlo. Ni modo. Lo hice, me falta una sesión y no me arrepiento. Además lo está tomando también una de mis gordas golfas y eso es motivante.
El domingo nos levantamos temprano para llevar a William a la elección del Niño(a) Presidente Municipal. Él fue seleccionado en su escuela para participar e iba preparado con discurso y propaganda en forma de paletas, las cuales finalmente no entregó sino hasta después de las votaciones porque lo consideró poco ético ya que los demás niños no llevaban nada.
Al llegar nos dieron el horario y las actividades que se iban a llevar a cabo por lo que los papás nos podíamos retirar las siguientes horas, hasta la hora del discurso y la elección.
Eso hicimos. Nos fuimos a desayunar al centro, en el restaurant de un hotel. Me gusta ese café. Es como un señor con sombrero. Y después caminamos a otro café, mi favorito, donde los domingos hay un bazar de antigüedades y curiosidades. Harry compró ahí dos monedas antiquísimas, de 1986.
Yo me traje un pequeño video y la inscripción a un curso de masajes.
Regresamos con William sólo para darnos cuenta de que los niños no hicieron las actividades conforme al programa, que no jugaron, que no hicieron actividades para conocerse (como estaba planeado) y que comenzaron con los discursos desde que nos fuimos --sin micrófono y no se escuchaban--. O sea que tenían casi cuatro horas sentados viendo la cara del niño al que le tocaba pasar, que tanto había ensayado para que sólo en unas mesas fueran escuchados.
Si hay algo que me molesta mayúsculamente es que las consecuencias de la mala organización recaiga sobre los niños y las niñas, me molesta que algo que debería ser una oportunidad o un premio al esfuerzo se convierta en una especie de castigo y desmotive a los niños a participar en otras actividades.
Al final ya ni nos enteramos de los resultados. William estaba cansado y al ir a recoger su diploma no lo encontraron, pero "vayan a la presidencia, ahí se los hacen..." Sí, Chucha, para estar esperando unas tres horas mejor se lo hago yo y tal vez hasta lo valore más.
Con todo, William sabe sacarle jugo a toda clase de experiencias y salió cansado, pero contento.
Nosotros también regresamos cansados pero pensando seriamente que levantarse temprano en fin de semana no es tan malo y que habría que recorrer más seguido algunos sitios de esta ciudad, para que no se nos olvide que pese a lo vergonzosas de las campañas políticas en estos días y lo desesperanzador de las noticias de esta guerra, hay mucha vida y mucha esperanza, hay muchos niños y muchos adultos con propuestas para vivir de una forma diferente.
Habría que escucharlos.
Y no estuvo tan mal.
El sábado la pasé tomando un curso de diez horas, lo cual puede considerarse el pago del karma por el suplicio que hice pasar a los gerentes de unas maquilas en un curso de diez horas que les di el jueves. No pueden negar que lo disfrutaron los muy masoquistas.
La verdad me hacía falta ese curso para recertificarme como instructura y ya tenía dos años haciéndome pendeja para no tomarlo. Ni modo. Lo hice, me falta una sesión y no me arrepiento. Además lo está tomando también una de mis gordas golfas y eso es motivante.
El domingo nos levantamos temprano para llevar a William a la elección del Niño(a) Presidente Municipal. Él fue seleccionado en su escuela para participar e iba preparado con discurso y propaganda en forma de paletas, las cuales finalmente no entregó sino hasta después de las votaciones porque lo consideró poco ético ya que los demás niños no llevaban nada.
Al llegar nos dieron el horario y las actividades que se iban a llevar a cabo por lo que los papás nos podíamos retirar las siguientes horas, hasta la hora del discurso y la elección.
Eso hicimos. Nos fuimos a desayunar al centro, en el restaurant de un hotel. Me gusta ese café. Es como un señor con sombrero. Y después caminamos a otro café, mi favorito, donde los domingos hay un bazar de antigüedades y curiosidades. Harry compró ahí dos monedas antiquísimas, de 1986.
Yo me traje un pequeño video y la inscripción a un curso de masajes.
Regresamos con William sólo para darnos cuenta de que los niños no hicieron las actividades conforme al programa, que no jugaron, que no hicieron actividades para conocerse (como estaba planeado) y que comenzaron con los discursos desde que nos fuimos --sin micrófono y no se escuchaban--. O sea que tenían casi cuatro horas sentados viendo la cara del niño al que le tocaba pasar, que tanto había ensayado para que sólo en unas mesas fueran escuchados.
Si hay algo que me molesta mayúsculamente es que las consecuencias de la mala organización recaiga sobre los niños y las niñas, me molesta que algo que debería ser una oportunidad o un premio al esfuerzo se convierta en una especie de castigo y desmotive a los niños a participar en otras actividades.
Al final ya ni nos enteramos de los resultados. William estaba cansado y al ir a recoger su diploma no lo encontraron, pero "vayan a la presidencia, ahí se los hacen..." Sí, Chucha, para estar esperando unas tres horas mejor se lo hago yo y tal vez hasta lo valore más.
Con todo, William sabe sacarle jugo a toda clase de experiencias y salió cansado, pero contento.
Nosotros también regresamos cansados pero pensando seriamente que levantarse temprano en fin de semana no es tan malo y que habría que recorrer más seguido algunos sitios de esta ciudad, para que no se nos olvide que pese a lo vergonzosas de las campañas políticas en estos días y lo desesperanzador de las noticias de esta guerra, hay mucha vida y mucha esperanza, hay muchos niños y muchos adultos con propuestas para vivir de una forma diferente.
Habría que escucharlos.
Comentarios
que onda con la organización del evento,hasta para eso son malos los gobiernos.
saludos!
http://www.eldiariodechihuahua.com.mx/notas.php?IDNOTA=193481&IDSECCION=Ciudad&IDREPORTERO=Jaime%20Armend%E1riz&rd=256&vo=256
Y ahora que tú me das más evidencia yo creo que me será más fácil superar mi flojera usual y me levantaré temprano para irnos a la calle.
Que bueno que te decidiste a dejar de hacerte pendeja :o]
Hace mucho que no voy a un bazar, es más, acá en el DF ya casi no hay, lo que abundan son los tianguis, que la neta no es lo mismo.
La rola de Serrat como fondo musical de tu video esta de poca en esa versión, creo que es de un disco que se llama "Cuba le canta a Serrat".
Un saludo a los dos buenos mozos que te acompañaban.
Luego nos leemos.
Bazares aquí hay muy pocos. Y aunque en el café ya tienen mucho haciéndolo nunca nos habíamos levantado lo suficientemente temprano como para ir. Pero eso ya pasó. Hoy voy a cambiar!
Qué ética la de William!, Caray, mis respetos por su decison de no tomar ventaja con su promocionales de campaña. Esa acción demuestra tanta integridad que seguramente William no tiene futuro en la política real. =(
Es bien lindo salir a disfrutar de los dias libres! pero es que a veces acabas molido del trabajo en la semana y por mas que te esfuerzas no es posible levantarse temprano.
Sí, había hartas cosas, pese a que el bazar no es muy grande. Quiero llevar mucho dinero y comprarme cosas que no necesito, como el walkman que estaba en una mesa o una familia de elefantes que había en otro, o una cámara de película antigua.
Me pasa lo mismo que a ti. Si no me levanto en domingo a las diez mínimamente, no me sabe el descanso.
Oh yeah, cómo no lo hacían en mi pueblo cuando yo era niño... en 1986
bueno, tendrían que seguirlo haciendo después en 1996 o 1994.
Qué bien que retomas tu ruta de instructora Felicidades!
i love this post! you captured a Family Sunday really well.
I also noticed William's integrity.
You are great parents!