Charles Dickens meet Las Vegas
No son las pedotas de las posadas, ni los pegajosísimos jingles navideños de la radio, ni las interminables transmisiones de películas de santa clós por la tele, ni los centros comerciales atascados...
Lo más más más bonito de la navidad, son los festivales escolares.
Como cada año, a mediados de diciembre me convierto en una madre que se sienta en la primera fila para disfrutar del espectáculo de lepes bailando bajo el influjo del alguna droga (es clarísimo) y con evidentes problemas psicomotrices.
Y me emociono.
Y lloro.
Ayer vi a Harry llevando los movimientos de su número musical en perfecto orden y sincronía con... alguien que no estaba ahí. Sus compañeros levantaban la varita, él la bajaba. Sus compañeros hacían círculos, él movía la varita de arriba a abajo. Me sentía yo tan orgullosota.
Luego William, disfrazado de Scrooge, que más parecía una mezcla de Santa Claus judío (si eso existe) con Dumbledore. Pero le salió retechido. Pensar que el año pasado le temblaban las piernas al hablar frente al público...
Cuando yo era niña no había presupuesto para festivales navideños, así que me ahorré la humillación. Y ya siendo bastante grandecita, yo mismita me arrojé a los brazos del arte (Já) y a la pasión por el teatro (Jájá).
Nos salió retebonito el Cuento de Navidad a nosotros también. Pero definitivamente no es lo mismo que lo hagan unos niños de 9 años a que lo hagan unos mostruos peludotes de 19. No es lo mismo. Pero es más divertido. Jojojo.
Me voy unos días y prometo traer noticias de The Thing... si es que aún existe.
Lo más más más bonito de la navidad, son los festivales escolares.
Como cada año, a mediados de diciembre me convierto en una madre que se sienta en la primera fila para disfrutar del espectáculo de lepes bailando bajo el influjo del alguna droga (es clarísimo) y con evidentes problemas psicomotrices.
Y me emociono.
Y lloro.
Ayer vi a Harry llevando los movimientos de su número musical en perfecto orden y sincronía con... alguien que no estaba ahí. Sus compañeros levantaban la varita, él la bajaba. Sus compañeros hacían círculos, él movía la varita de arriba a abajo. Me sentía yo tan orgullosota.
Luego William, disfrazado de Scrooge, que más parecía una mezcla de Santa Claus judío (si eso existe) con Dumbledore. Pero le salió retechido. Pensar que el año pasado le temblaban las piernas al hablar frente al público...
Cuando yo era niña no había presupuesto para festivales navideños, así que me ahorré la humillación. Y ya siendo bastante grandecita, yo mismita me arrojé a los brazos del arte (Já) y a la pasión por el teatro (Jájá).
Nos salió retebonito el Cuento de Navidad a nosotros también. Pero definitivamente no es lo mismo que lo hagan unos niños de 9 años a que lo hagan unos mostruos peludotes de 19. No es lo mismo. Pero es más divertido. Jojojo.
Me voy unos días y prometo traer noticias de The Thing... si es que aún existe.
Comentarios
"Que le ven a esos mocosos que ni saben bailar", dije alguna vez... y ahi me tienes el lunes como pendejo (no es insulto, es pura y clara descripcion) viendo a mi hermosa bodoque bailar con su traje de angelito. Ahora se que les ven.. jejeje...
Por cierto... la Bodoque tambien traia su propio ritmo y melodia... sacaba sus propios pasos y no seguia a los demas... lo cual me encanta... mi hija borrega??? NUNCA!!! ademas, eso habla de su iniciativa, liderazgo y creatividad... a huevo!!!
Sólo prepárate cuando te empiecen a hablar de la primaria...
No hay ningún consejo que pueda dar al respecto.
Por que nunca fui una ninia normal?
Nos vemos en la night.
Yo de joven... de joven... sali en algunas pastorelas, y no se porque fregados siempre me daban el papel del diablo... a la fecha no se.
Saludos, y espero que tengas muy felices fiestas, y si mal no recuerdo creo que ibas a andar por estas tierras....
Un abrazo navidenio.
hjajajajaja qué maricón me leí, pero es lo que hubiese dicho mi nenorra
saludos
Nos vemos lueguito, pues.