Renovación
Ayer por la noche fui a una reunión de unas amigas del trabajo. La reunioncita fue en casa de una amiga recién casada. Su casa es muy parecida a la mía, ya que vivimos en el mismo fraccionamiento. Pasé unas horas ahí y luego regresé a mi casa a dormir.
Me levanté con dolor de cabeza y una basurita en el ánimo.
La casa de mi amiga me dejó con una sensación rara, sensación, intuición, qué sé yo.
Aunque ambas casas son parecidas, se perciben cosas distintas dentro de ellas. La casa de Gisela, con paredes vacías, con sólo algunos muebles y gran pulcritud me llevó a comparar la mía: colorida, muchos muebles, cuadros artísticamente descoordinados en cada pared, libros apilados, cuadernos amontonados, juguetes aquí y allá, pequeños detalles de mis alumnos en algún mueble... y no precisamente pulcra.
Recordé cuando Fefé y yo comenzamos a vivir juntos. Teníamos apenas una cama, la estufa y el refrigerador. Después conseguimos una mesa y nada más. Pero la sensación que emitía mi casa entonces era diferente a ésta.
Tengo siete años de estar amontonando cosas en cada espacio de mi cama. Tengo polvo y papeles inundándome el poco espacio disponible. Tengo muchísimas cosas de las que no me despego porque tienen algún valor sentimental para mí. Algunas de mis películas están lastimadas o inservibles y ahí siguen esperando ver el día que las tire o las arregle.
Mi casa es un yonque.
Y ojalá fuera sólo eso.
También tengo el espíritu yonqueado.
Por cada cosa que he guardado, he atiborrado algo más en el espacio de mi ánimo. Y desgraciadamente, no todo lo que he guardado ha sido bueno, bello, agradable. Mi espíritu está sucio, empolvado. Ya no sé qué hacer con la fatiga que me provoca lidiar con este basural.
Al igual que con mi casa, mi alma la debo renovar.
¿Alguien tiene una idea de cómo se hace esto?
La guía para la Chica Cosmo dice que hay que hacer una renovación completa. Empezar desde el guardarropa hasta la propia casa.
Ejemplos:
Desecha tu guardarropa y adquiere la nueva colección de Prada. ¡No le temas al cambio! (Al cambio no le temo, es el sobregirar mi tarjeta lo que me da terror)
Armoniza tu casa y tu estilo con Feng Shui. (Mi casa está decorada basándome no en mis habilidades de diseño, que son nulas, sino en los 1.5x1.5 m. que tengo de espacio en cada habitación. El fehg shui no me cabe en ningún lado).
Deja ese trabajo y arriésgate por algo diferente. (JA,JA,JA,JA!!! ¿en qué país creen que vivo?)
Inyéctale más energía sexual a tu relación y mantenlo a tus pies. (¿Y yo para qué lo quiero en el suelo, si me hace mucha falta en la cocina?)
Total que no he encontrado un buen manual para empezar esto de la renovación.
Si alguien tiene la Guía de la Chica Blog agradeceré que me la haga llegar, porque lo que es hoy no creo que pueda por tres minutos más con el peso de este basural.
Me levanté con dolor de cabeza y una basurita en el ánimo.
La casa de mi amiga me dejó con una sensación rara, sensación, intuición, qué sé yo.
Aunque ambas casas son parecidas, se perciben cosas distintas dentro de ellas. La casa de Gisela, con paredes vacías, con sólo algunos muebles y gran pulcritud me llevó a comparar la mía: colorida, muchos muebles, cuadros artísticamente descoordinados en cada pared, libros apilados, cuadernos amontonados, juguetes aquí y allá, pequeños detalles de mis alumnos en algún mueble... y no precisamente pulcra.
Recordé cuando Fefé y yo comenzamos a vivir juntos. Teníamos apenas una cama, la estufa y el refrigerador. Después conseguimos una mesa y nada más. Pero la sensación que emitía mi casa entonces era diferente a ésta.
Tengo siete años de estar amontonando cosas en cada espacio de mi cama. Tengo polvo y papeles inundándome el poco espacio disponible. Tengo muchísimas cosas de las que no me despego porque tienen algún valor sentimental para mí. Algunas de mis películas están lastimadas o inservibles y ahí siguen esperando ver el día que las tire o las arregle.
Mi casa es un yonque.
Y ojalá fuera sólo eso.
También tengo el espíritu yonqueado.
Por cada cosa que he guardado, he atiborrado algo más en el espacio de mi ánimo. Y desgraciadamente, no todo lo que he guardado ha sido bueno, bello, agradable. Mi espíritu está sucio, empolvado. Ya no sé qué hacer con la fatiga que me provoca lidiar con este basural.
Al igual que con mi casa, mi alma la debo renovar.
¿Alguien tiene una idea de cómo se hace esto?
La guía para la Chica Cosmo dice que hay que hacer una renovación completa. Empezar desde el guardarropa hasta la propia casa.
Ejemplos:
Desecha tu guardarropa y adquiere la nueva colección de Prada. ¡No le temas al cambio! (Al cambio no le temo, es el sobregirar mi tarjeta lo que me da terror)
Armoniza tu casa y tu estilo con Feng Shui. (Mi casa está decorada basándome no en mis habilidades de diseño, que son nulas, sino en los 1.5x1.5 m. que tengo de espacio en cada habitación. El fehg shui no me cabe en ningún lado).
Deja ese trabajo y arriésgate por algo diferente. (JA,JA,JA,JA!!! ¿en qué país creen que vivo?)
Inyéctale más energía sexual a tu relación y mantenlo a tus pies. (¿Y yo para qué lo quiero en el suelo, si me hace mucha falta en la cocina?)
Total que no he encontrado un buen manual para empezar esto de la renovación.
Si alguien tiene la Guía de la Chica Blog agradeceré que me la haga llegar, porque lo que es hoy no creo que pueda por tres minutos más con el peso de este basural.
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