Lo real es soñar lo imposible

No cabe duda que en diferentes partes del planeta otro mundo se está gestando. Díganlo si no las diversas manifestaciones en países árabes, en España y en otras latitudes.

Hoy por hoy el movimiento más visible en nuestro País en la búsqueda de ese otro mundo, de ese otro México es el “Movimiento Ciudadano por la Paz con Justicia y Dignidad”. Javier Sicilia, quien está al frente de este movimiento, podría haber rumiado su propio dolor ante la pérdida de su hijo en la privacidad e intimidad y no habría pasado nada. Ni siquiera tendríamos derecho a reclamarle. Incluso por ser un notable personaje el gobierno se habría apresurado a buscar a los culpables del asesinato de los siete jóvenes. Privilegio del que no goza la mayoría de nuestro pueblo. Ahí habría terminado la cosa.

Pero lo importante y significativo es, como lo dice Javier Sicilia en su Carta a las Víctimas de la Violencia, “vamos hacia Chihuahua, el estado más adolorido del país, donde queremos unir nuestros sufrimientos a los suyos, para continuar ese consuelo que nos debemos y para a unirnos aún más en ese reclamo de justica que el Estado mexicano nos debe a todos.” Además, unidos en el dolor y en el consuelo, a pesar de nuestros miedos, continúa diciendo Javier: “seremos más fuertes para refundar esta nación adolorida.”

Este movimiento nacional en sí estoy seguro que no viene a enseñarnos nada nuevo. Hay mucho que las diferentes organizaciones están haciendo por nuestro adolorido pueblo; sin embargo, es la oportunidad de desplegar toda la energía de nuestra dignidad, es la oportunidad de visibilizar, una vez más, toda la reserva moral de nuestro pueblo, es una proclama ante tantos oídos sordos de que otro mundo y otra nación son posibles. Es una experiencia de amor y de solidaridad que es tan intensa y tan infinita como son estos valores. Es hacer real lo imposible, lo que hasta ahora nos parece inalcanzable: Un México en paz, con justicia y dignidad en un momento, tal vez efímero, pero que se eterniza en cada uno de nuestros corazones.

Yo no sé qué va a pasar después de esta caravana. Eso se los dejo a los intelectuales que cortan pelos en el aire y que, las más de las veces, se refugian en miles de susceptibilidades y reticencias para, finalmente, no hacer nada. A mí me interesa lo que ya está pasando desde ahora y lo que va a suceder durante el evento. Todo el montón de solidaridades, de encuentros, de saludos, de despojos de personalidades y de membretes para encontrarnos como simples seres humanos, amantes de la vida.

Me atrevo a invitar a nuestras autoridades, a funcionarios públicos, para que participen en esta movilización; pero no con sus investiduras ni desde la opacidad de sus funciones, sino como simples ciudadanos, es más, como seres humanos que son y miembros de una familia. No manden a sus agentes de gobernación como orejas que de poco les sirven. No vayan a pasar de largo como el sacerdote y el levita que abandonaron al malherido en el camino. Mucho bien les hará y nos hará a todos y todas un baño de pueblo, incluyéndolos a ustedes. Estoy convencido que lo real es soñar lo imposible. Así ha avanzado la humanidad. Y sólo así será posible que tengamos ¡PAZ Y VIDA DIGNA YAAA!

Pbro. Camilo Daniel Pérez

Comentarios

todavia dijo…
Ojala gtengamos lla fuerza para hacer que este país renazca de las cenizas y consigamos poder, tan solo, volver a salir a las calles sin miedo...
Indio Cacama dijo…
posiblemente, si Sicilia no hubiera iniciado el movimiento, las autoridades ni siquiera hubieran movido una pestaña para investgar el crimen de su hijo y amigos

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