Pensé en utilizar la cábala, como me enseñó mi jefe, para preseleccionar los nombres de mi gata. Pero la verdad sí me dio como que respetillo después de verlo funcionando. Así que tomé un sujeto cualquiera, un juez imparcial que eligiera los seis nombres participantes en la primera ronda de selección:
Él es Adriano, el gato vecino. A veces viene a dormir la siesta en casa. Hago constar su decencia y objetividad.
Los nombres participantes, elegidos por Adriano, y por los que podrán votar las veces que quieran son:
Él es Adriano, el gato vecino. A veces viene a dormir la siesta en casa. Hago constar su decencia y objetividad.
Los nombres participantes, elegidos por Adriano, y por los que podrán votar las veces que quieran son:
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