Porque usted lo pidió...
... y por usted me refiero a Sandy, les contaré de mi primer día en el nuevo puesto.
Primero.
CHECK THIS OUT!
Primero.
CHECK THIS OUT!
Esos son mis nuevos zapatitos para trabajar. Y en general, mi nuevo look laboral.
O sea... ¡ya no tengo que preocuparme por enchularme cada mañana!
Las piedras del estacionamiento me hacen los mandados. Ni las siento.
Y si a alguien se le ocurriera hacérmela de pedo, con un simple movimiento de mis pies podría demolerlo (eso suponiendo que puedo despegar mis pies del suelo).
Mi caminar de chencha, además, como que se camuflajea un poco, porque ¿de qué otra manera pretenden que camine con tamaños zapatos?
En mi primer día en funciones, me llevaron a desayunar y luego a perseguir unas rutas para auditorías.
Ya en los siguientes, me he puesto las pilas para aprender todo. Y tengo un excelente maestro, quien pasa por cierto, a una jefatura más fregona y por la cual sospecho que muy pronto van a dejar ir al gerente del área, pues con este wey que es bien chinguetas en la jefatura, el gerente como que sale sobrando. O eso es lo que piensa una de las gerencias aquí. De hecho, esa gerencia siente que todos sobran, menos él.
Los primeros días fueron algo agotadores porque quería andar a mi ritmo, pero en este puesto andar con el mismo ritmo se vuelve muy pesado así que le bajé tantito.
Tuve que mudarme de lugar y extraño a mi compañera A. La escucho reírse y quiero salir corriendo a ver qué dijo.
Fuera de eso, no extraño nada.
Mis nuevos compañeros son la onda y los chavillos del área como que al no verme de zapatilla, agarraron confianza y nos comunicamos mejor.
Son chidas las cosas nuevas y brillantes.
Y también caminar como chencha sin preocupaciones.
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