Me mudé
De oficina.
Me ofrecieron un espacio en el segundo piso del almacén y comencé con operación hormiga para que nadie preguntara y verme obligada a contestar que no me era muy agradable ni saludable el ambiente de estrés de finanzas, ni tener de vecino al ex jefe, ni ser vista con reprobación por irme a mi hora.
Ahora aquí ya puedo abrazar mi verdadera vocación de segregada social, jugar videojuegos durante la comida, participar en competencias de sillas rodantes, escuchar música a todo volumen y escribir chistes obscenos en el pizarrón de la oficina.
Mis compitas son chidotes y aunque voy a extrañar al otro vecino que tenía, que me alimentaba con galletas y me daba chocolates de postre, con éstos dos estoy trabajando muy bien.
Seguiré con mi descanso post comida y luego a pasearme por la ciudad. Cosas del trabajo.
Mi vida no es fácil.
Comentarios
ash! como si no supieras