De pelos
En las imágenes que poseo de mi vida hay pocas donde me vea con el cabello largo.
Fueron pocas, en realidad y todas concuerdan con momentos raros en mi vida: mi etapa en la secundaria, una pequeña parte del bachillerato y otra pequeña ya como mujer adulta.
No sé cuál sea la relación, si el cabello hace al momento o el momento al cabello.
No sé si por sentirme rara o extraña me dio por dejarme el cabello largo y así sentirme normal; o si al dejarme el cabello largo, me sentía rara y ajena a mí.
Hace un par de años logré llegar a ciertos acuerdos con mi cabello, le marqué límites y le dejé muy claro que no me definía. Fue la última vez que me dejé crecer el cabello.
Hoy regresé a la estética. No hubo ninguna crisis existencial que me empujara a ello, nada más se me ocurrió y me puse a hacer un balance de las ventajas que me ofrecía el cabello largo:
* El glamour. (Phrttttt... le sirvió a la Nacha, a mí no me funciona)
* La feminidad. (Ésta me dio risa)
* La versatilidad de poder rizarlo o alaciarlo. (Compré secadora, alaciadora y pinza. No se me da)
* La comodidad de poder usarlo en una coleta si no tenía tiempo de otra cosa. (Básicamente así lo traje todo el tiempo)
Y claro, también las desventajas:
* Las cantidades de shampoo y acondicionador usadas en cada baño. (Tengo mucho mucho cabello)
* El tiempo que se requiere para secarlo y la energía que se gasta. (Más en invierno, cómo me da flojera)
* Los dos paquetes de tinte tapacanas. (Y el cochinero que hacía con cada teñida)
* El tiempo que hay que dedicarle para traerlo decente. (Y yo soy de naturaleza indecente)
* La molestia que ocasiona en ciertas maniobras. (Que no pienso relatar aquí)
No voy a mentir. La verdad no pensé en nada de esto cuando salí corriendo con mi estilista y le dije: "Lo quiero como Natalie Portman después de Vendetta, y con cuidado para donar los cadáveres de pelo al teletón".
Pobre mujer... mi estilista, no Natalie ni Lucero... bueno, Lucero sí. Pero mi estilista más, que no se animaba a cortar el primer mechón y cuando lo hizo soltó una risita nerviosa y se alejó rápidamente de mí, esperando supongo, que yo adquiriera conciencia y que la atacara con las tijeras de desgrafilar.
No lo hice. En lugar de eso, con cada mechón que caía al suelo se iba yendo cada monserga de las que arriba describí. Y la parte más bonita fue que no pude ver ninguna desventaja de traer el cabello corto, excepto por la reacción de mis amigas ante mi decisión, la cual podría resumirse en un: Chale.
Ya se acostumbrarán.
Y yo también.
Fueron pocas, en realidad y todas concuerdan con momentos raros en mi vida: mi etapa en la secundaria, una pequeña parte del bachillerato y otra pequeña ya como mujer adulta.
No sé cuál sea la relación, si el cabello hace al momento o el momento al cabello.
No sé si por sentirme rara o extraña me dio por dejarme el cabello largo y así sentirme normal; o si al dejarme el cabello largo, me sentía rara y ajena a mí.
Hace un par de años logré llegar a ciertos acuerdos con mi cabello, le marqué límites y le dejé muy claro que no me definía. Fue la última vez que me dejé crecer el cabello.
Hoy regresé a la estética. No hubo ninguna crisis existencial que me empujara a ello, nada más se me ocurrió y me puse a hacer un balance de las ventajas que me ofrecía el cabello largo:
* El glamour. (Phrttttt... le sirvió a la Nacha, a mí no me funciona)
* La feminidad. (Ésta me dio risa)
* La versatilidad de poder rizarlo o alaciarlo. (Compré secadora, alaciadora y pinza. No se me da)
* La comodidad de poder usarlo en una coleta si no tenía tiempo de otra cosa. (Básicamente así lo traje todo el tiempo)
Y claro, también las desventajas:
* Las cantidades de shampoo y acondicionador usadas en cada baño. (Tengo mucho mucho cabello)
* El tiempo que se requiere para secarlo y la energía que se gasta. (Más en invierno, cómo me da flojera)
* Los dos paquetes de tinte tapacanas. (Y el cochinero que hacía con cada teñida)
* El tiempo que hay que dedicarle para traerlo decente. (Y yo soy de naturaleza indecente)
* La molestia que ocasiona en ciertas maniobras. (Que no pienso relatar aquí)
No voy a mentir. La verdad no pensé en nada de esto cuando salí corriendo con mi estilista y le dije: "Lo quiero como Natalie Portman después de Vendetta, y con cuidado para donar los cadáveres de pelo al teletón".
Pobre mujer... mi estilista, no Natalie ni Lucero... bueno, Lucero sí. Pero mi estilista más, que no se animaba a cortar el primer mechón y cuando lo hizo soltó una risita nerviosa y se alejó rápidamente de mí, esperando supongo, que yo adquiriera conciencia y que la atacara con las tijeras de desgrafilar.
No lo hice. En lugar de eso, con cada mechón que caía al suelo se iba yendo cada monserga de las que arriba describí. Y la parte más bonita fue que no pude ver ninguna desventaja de traer el cabello corto, excepto por la reacción de mis amigas ante mi decisión, la cual podría resumirse en un: Chale.
Ya se acostumbrarán.
Y yo también.
Comentarios
yo soy fan del cabello corto ya que odio peinarme, me choca, especificamente cepillar el cabello no es exactamente lo mío pero vieras como me encanta cuando crece! ya lo llevo a abajito de los hombros, esperare un año mas para cortarlo y hacer la respectiva donación de la trenza.
felicidades por deshacerte de ese peso de tu cabeza, literal.
saludos!
Definitivamente a algunas se les ve muy bien, yo creo que a mi no me iria bien pelona.
Ave Fenice, ésa es otra. No todo mundo se siente cómodo con el cabello de cierta manera, ya sea por falta de costumbre o porque simplemente no es la más adecuada.
Fotos... a ver si est fin de semana que me vaya con las Musas de Botero, nos tomamos fotos.
Pero a poco no es más chida una depresión acá con estilo que otra sin su toque bien acá?
Lo más gacho del asunto es que un cobarde me pegó chicle en la cabeza y nadie tuvo la hombría de decirme quién fue.
Bien pues 2 o 3 años después ahora lo tengo más largo, pero sí me lo estoy cuidando (uso shampoo y espuma anti frizz) me sale cariñosón, pero la verdad es que no me peino diario
y la verdad es que es una especie de premio de consolación por adelantado: la satisfacción de tener mi cabello largo, con las ondulaciones como las de san miguel jejeje, porque más temprano que tarde me voy a quedar bien pelochas
saludos!!
Juano, pues sí, el pelo chino o muy corto o largo, ni hablar.
Y mi cabello corto está... mmm... qué tan corto? Ah pues mira esta foto:
http://www.womenshairstylesonline.com/Hair/Gallery/Natalie-Portman-very-short-cut.jpg
Claro que yo mucho más fotogénica!
soy de los que piensan que cambiar algo de tu exterior es el resultado de un cambio interior.
Modo de vestir, colorearse las uñas, tatuarse, dejarse crecer barba o bigote o rasurarse -los hombres-, etc. etc.
¿cómo lo ves?
¿cómo te ves?
No me creo la postura de soy quien soy no importa lo que traiga puesto. Reaccionamos a todo, al color, a las texturas, a las miradas.
Cómo me veo?
Libre.
Digo, para emitir la opinion con infimo valor.
Y lo digo en serio =)
Y por cierto... pobre Lucero no. Pobre Mijares!