- Señor Z. Pase por favor al pizarrón a resolver el ejercicio.
Z. se levanta de su pupitre. Da dos pasos y cae con todo su estrépito adolescente al suelo. Se agarra la cabeza entre las manos mientras aúlla de dolor. Haciendo acopio de fuerza y apoyado en sus codos, se arrastra pesada y trabajosamente por el suelo. Recorre los dos metros restantes hasta el pizarrón, se pone de pie, se baja los pantalones, le enseña sus boxers a una niña, se levanta los pantalones, resuelve el ejercicio (mal) y vuelve a su lugar sonriendo.
No me hace falta ver televisión.
Mi vida es un sitcom de dimensiones seinfeldianas.
(Al final de cuentas, además, nunca pasa nada.)
Z. se levanta de su pupitre. Da dos pasos y cae con todo su estrépito adolescente al suelo. Se agarra la cabeza entre las manos mientras aúlla de dolor. Haciendo acopio de fuerza y apoyado en sus codos, se arrastra pesada y trabajosamente por el suelo. Recorre los dos metros restantes hasta el pizarrón, se pone de pie, se baja los pantalones, le enseña sus boxers a una niña, se levanta los pantalones, resuelve el ejercicio (mal) y vuelve a su lugar sonriendo.
No me hace falta ver televisión.
Mi vida es un sitcom de dimensiones seinfeldianas.
(Al final de cuentas, además, nunca pasa nada.)
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