Pocas veces se tiene oportunidad de ver una buena película.
Dándole vueltas a los canales me encontré con La pasión de Juana de Arco y claro, la grabé.
Era muy tarde y mientras la veía, terminé por quedarme dormida.
La siguiente noche, ya con niños dormidos, la pijama puesta, las almohadas bien acomodadas, me dispuse a verla otra vez.
Y me volví a quedar dormida.
Han pasado cinco noches y ha sucedido lo mismo, en el mismo diálogo:
- Y los ángeles que viste ¿estaban desnudos?
- ¿Crees que Dios es incapaz de vestir a sus ángeles?

Creo que se llama condicionamiento.
Y no es justo.

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