Señales
Ya había sucedido (junio 24).
Comenzaron las señales.
Pero llegó la hora de tomar la decisión, optar por el paquete más conveniente, elegir entre las opciones disponibles, pues nomás le estábamos dando largas.
Hasta ayer que nuevamente las señales cayeron sobre nosotros.
Fefé tiene la manía de quemar cd tras cd con las mismas rolas. Me río de sus manías y se defiende diciéndome que el orden de las canciones es distinto en cada cd.
Anoche nos chutábamos por fskjfskjfsfgésima vez un disco de música cubana. Me encanta Lágrimas negras en la versión de Tito Gómez. Así que nos quedamos estacionados frente al café hasta que terminó. Sólo entonces salimos del auto. Llegamos al café y el trío comenzó con Lágrimas negras. Y después con aquélla de ... mamá yo quiero saber, de dónde son los cantantes...
Y como es lógico, si estás en duda, agárrate de lo que tengas a la mano, que fue tomar la decisión en ese mismo momento.
Después me acordé de una canción que les sale muy chida, y le dije a Fefé: ¿Cómo se llama aquella canción que me gusta, la que canta Serra Lima con los Panchos... ya sabes, aquélla, la de... sí sabes cuál ¿no? la de la película, la que fuimos a ver una vez, la del cineclub de Bellas artes... sí sabes... o ¿no te acuerdas? la de "Tralalalalalalala..." ¿ya te acordaste?... Y que me acuerdo (todavía no tengo tan avanzado el Alzheimer) y comienzo a cantar con mi dulce voz de contralto: Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo... y que el trío comienza a cantarla ¡al mismo tiempo que yo!.
Eso también debe ser una señal, pero me confunde un poco.
Sobre todo porque el autor, Chico Novarro era compositor de tangos, y como que no lo relaciono con La Habana.
Y luego... un señor con un títere en forma de ratón comenzó a tocar con su armónica (así es, tocaba la armónica y movía el títere con singular elegancia) La vie en rose. ¡Uy, pero qué bonito! dijimos nosotros, afuera de un café, el mimo haciendo sus mamadas y nosotros sintiéndonos en París (unos weyes se estaban robando un carro en la otra calle, y los policías pasaban y pasaban así que la sensación era igualita).
Otra señal, aunque ésta ya nos sonó un poco más como a ruido. ¿Qué relación tienen Cuba y París?
Fefé me lo resolvió: Morir de amor con Charles Aznavour y Compay Segundo. Oui. Mourir d‘aimer
Y por cierto... nadie se muere de amor, señores (¿o debo decir señoritas?). Y que quede registrado.
Se puede morir uno de hambre, o por asfixia al colgarte, o desangrado después de darte un tiro, pero no de amor.
He dicho.
Comenzaron las señales.
Pero llegó la hora de tomar la decisión, optar por el paquete más conveniente, elegir entre las opciones disponibles, pues nomás le estábamos dando largas.
Hasta ayer que nuevamente las señales cayeron sobre nosotros.
Fefé tiene la manía de quemar cd tras cd con las mismas rolas. Me río de sus manías y se defiende diciéndome que el orden de las canciones es distinto en cada cd.
Anoche nos chutábamos por fskjfskjfsfgésima vez un disco de música cubana. Me encanta Lágrimas negras en la versión de Tito Gómez. Así que nos quedamos estacionados frente al café hasta que terminó. Sólo entonces salimos del auto. Llegamos al café y el trío comenzó con Lágrimas negras. Y después con aquélla de ... mamá yo quiero saber, de dónde son los cantantes...
Y como es lógico, si estás en duda, agárrate de lo que tengas a la mano, que fue tomar la decisión en ese mismo momento.
Después me acordé de una canción que les sale muy chida, y le dije a Fefé: ¿Cómo se llama aquella canción que me gusta, la que canta Serra Lima con los Panchos... ya sabes, aquélla, la de... sí sabes cuál ¿no? la de la película, la que fuimos a ver una vez, la del cineclub de Bellas artes... sí sabes... o ¿no te acuerdas? la de "Tralalalalalalala..." ¿ya te acordaste?... Y que me acuerdo (todavía no tengo tan avanzado el Alzheimer) y comienzo a cantar con mi dulce voz de contralto: Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo... y que el trío comienza a cantarla ¡al mismo tiempo que yo!.
Eso también debe ser una señal, pero me confunde un poco.
Sobre todo porque el autor, Chico Novarro era compositor de tangos, y como que no lo relaciono con La Habana.
Y luego... un señor con un títere en forma de ratón comenzó a tocar con su armónica (así es, tocaba la armónica y movía el títere con singular elegancia) La vie en rose. ¡Uy, pero qué bonito! dijimos nosotros, afuera de un café, el mimo haciendo sus mamadas y nosotros sintiéndonos en París (unos weyes se estaban robando un carro en la otra calle, y los policías pasaban y pasaban así que la sensación era igualita).
Otra señal, aunque ésta ya nos sonó un poco más como a ruido. ¿Qué relación tienen Cuba y París?
Fefé me lo resolvió: Morir de amor con Charles Aznavour y Compay Segundo. Oui. Mourir d‘aimer
Y por cierto... nadie se muere de amor, señores (¿o debo decir señoritas?). Y que quede registrado.
Se puede morir uno de hambre, o por asfixia al colgarte, o desangrado después de darte un tiro, pero no de amor.
He dicho.
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