Pandemia

Siento tan lejanos los días en que las primeras noticias sobre el coronavirus comenzaron a salir. Lejanos en tiempo y en espacio. Eso pasaba en un universo muy distinto al mío.
Hace tres semanas que estoy trabajando desde casa. Los hijos hace más de un mes llevan sus clases en línea. Y fue hasta hoy que me cayó el veinte sobre el momento excepcional que estamos viviendo.
Tuve que salir al supermercado. En las puertas las indicaciones eran: entrar con cubrebocas, sólo una persona por familia, cuidar las distancias. Dentro de la tienda, el altavoz no dejaba de repetir recomendaciones sanitarias. Personal y clientes, irreconocibles tras su máscara (me pareció ver una compañera pero no pude estar segura). Y como un velo sobre todos, el miedo de estar cerca, la desconfianza. Precisamente esas emociones fueron las que me enfrentaron a una dimensión que no había podido percibir.
Me preocupan las miradas desconfiadas. Me preocupa cómo la naturaleza de esta enfermedad nos lleva a avergonzar al que sale, a culpabilizar a quien la adquiere. Me preocupa cómo esto puede provocar que la gente que enferma oculte información que puede servir para rastrear el contagio.
Mañana debo salir de nuevo. Una vez a la semana debo presentarme en mi trabajo. No me da miedo hacerlo. Las condiciones de la planta son mucho mejores a las que tengo en casa. No sé cómo voy a hacer para traer el cubrebocas las ocho horas. La piel se me irrita y la respiración se me agita. Pero sobre todo, no sé cómo haré para dejar de emanar desconfianza. 
Yo quiero decirles a mis compañerxs que me alejo no por miedo, sino porque los aprecio, porque los cuido. 
¿Cómo se hace eso con el rostro cubierto?



Comentarios

Tambien ,como todos , Esta Pandemia ns tiene en el computador y posteando. Ademas estoy buscando intereses como viajes Hermoso! También viajo y lo hago en moto ,(soy mujer 56 años) ,en mi Blog encontraras algunas cosas . Te felicito por el contenido de tu Blog .Slds desde Chile!
Jous dijo…
Yo veía los videos de un colombiano que estaba atrapado en China, me imaginaba estar en la situación de no poder salir más que a comprar víveres y/o trabajo, y me daba claustrofobia, hoy al menos sé que en casa estamos seguros. Esta pandemia ha cambiado aparte de nuestro estilo de vida, la manera de ver la vida y prioridades. En mi caso extraño las visitas a la familia, salir a comer con amistades, convivir con la gente. Por lo pronto la paso tranquila con mi marido e hijo, estamos a salvo y también en home office y definitivamente no podría decir que las condiciones de oficina serían mejores que en mi casa, la limpieza del hogar es primordial y ayuda que solo seamos 3. No se avergüenza al que sale, sino al irresponsable que sale por salir (como si fueran vacaciones, tengo vecinos que hacen reuniones de 20 personas, ya ni la chin...), al menos yo me siento tranquila al ver personas que toman las precauciones, ya he perdido a un par de gente por covid, pero el ánimo no debe caer, saludos, esto pasará pronto!!
Lamento mucho tus pérdidas. Debemos seguir atendiendo las indicaciones para que esto deje de suceder. Un abrazo.

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