Lectorxs
Cuando estaba en secundaria teníamos unos libros de Español de Lucero Lozano, la estrella de los libros de texto. Eran libros bonitos y mi único pero era que los textos literarios eran fragmentos que siempre me dejaron con ganas de seguir leyendo y eso estaba como que fuera de mi alcance. Además nuestra biblioteca escolar era bastante pedorra.
Ya en prepa cambió un poquito el asunto. Mi escuela tenía una biblioteca bastante decente para lectores novatos como yo y me di a la tarea de leer lo que se me había quedado pendiente en secundaria más los clásicos que me encontré ahí.
La universidad fue una iluminación. No sé cómo pasé las clases, si en las materias aburridas me la pasé leyendo. Fue mi época de literatura latinoamericana.
Luego egresé y comencé a dar clases. En la escuela conocí a la representante de la editorial que surtía los libros y gracias a ella pude ir conociendo a autores contemporáneos mexicanos.
Por esa década empezó el boom de los blogs. Tuve el gusto de seguir blogs con textos maravillosos. Qué cantidad de juventud y talento.
Y ahora, gracias a otras redes sociales, tengo oportunidad de conocer e interactuar con escritores y escritoras contemporáneas, a muchas de las cuales ya leía en la década de los blogs.
En Twitter me entero de lanzamientos, lecturas, recomendaciones y talleres. Y para la lectora de doce años que fui y que todavía soy en alguna medida, me resulta muy emocionante y casi milagroso poder saludar a mis más admiradas escritoras.
Hay redes también para comentar libros y comprarlos. Puedo acceder a todos aquellos que dejé a medias en la secundaria y todas las novedades que encuentro por Internet.
Todo esto pasó en el ínter de tres décadas.
No ha sido feo.
😊
Ya en prepa cambió un poquito el asunto. Mi escuela tenía una biblioteca bastante decente para lectores novatos como yo y me di a la tarea de leer lo que se me había quedado pendiente en secundaria más los clásicos que me encontré ahí.
La universidad fue una iluminación. No sé cómo pasé las clases, si en las materias aburridas me la pasé leyendo. Fue mi época de literatura latinoamericana.
Luego egresé y comencé a dar clases. En la escuela conocí a la representante de la editorial que surtía los libros y gracias a ella pude ir conociendo a autores contemporáneos mexicanos.
Por esa década empezó el boom de los blogs. Tuve el gusto de seguir blogs con textos maravillosos. Qué cantidad de juventud y talento.
Y ahora, gracias a otras redes sociales, tengo oportunidad de conocer e interactuar con escritores y escritoras contemporáneas, a muchas de las cuales ya leía en la década de los blogs.
En Twitter me entero de lanzamientos, lecturas, recomendaciones y talleres. Y para la lectora de doce años que fui y que todavía soy en alguna medida, me resulta muy emocionante y casi milagroso poder saludar a mis más admiradas escritoras.
Hay redes también para comentar libros y comprarlos. Puedo acceder a todos aquellos que dejé a medias en la secundaria y todas las novedades que encuentro por Internet.
Todo esto pasó en el ínter de tres décadas.
No ha sido feo.
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