Estoy enganchada.
Soy una junkie.
Se me acabaron en tres días los episodios de las dos temporadas de la serie que me trajo Fefé.
Intenté ser disciplinada pero no pude.
Ahora sólo me falta esperar a tener dinero y comprar las temporadas siguientes. Mientras, intentaré aferrarme a los otros vicios que tengo para casos de emergencia.
Ver desde el principio la serie ayuda a observar las transformaciones de los personajes, los movimientos de protagonistas y actores de apoyo, la evolución de personajes ambientales.
Mi personaje favorito siempre fue Ruth Anne. Era sin duda el más fuerte, encantador, independiente y con más sentido común de todos. Tuvo incluso la osadía de enamorarse como adolescente a sus 65 años en una de las temporadas. Fue curioso ver sus esporádicas apariciones en la temporada uno, y luego verla con líneas más completas y en momentos más complejos de las historias. Este desarrollo de los personajes influyó fuertemente en el retiro del aire de la serie. Resulta imposible crear una historia, con personajes tan bien descritos, en un escenario que permite tantas posibilidades, en la que los personajes no terminen por tomar el control de los guiones. Y en esta toma de control Rob Morrow terminó por compartir protagonismo, situación que discutieron sus representantes y para la que no hubo solución. Morrow abandonó la serie y la teleaudiencia no lo toleró. Hacía falta. Ningún otro médico podía sustituirlo. Cada personaje fue insustituible. (A ver si tan machín... en diez segundos, responde... ¿cuántas veces escribí la palabra personaje?)
¿Es o no maravillosa Ruth Anne? En uno de mis episodios favoritos, se cansa de que todos sean tan dependientes de ella, manda todo a la chingada (en su tienda está el correo, la biblioteca, el abarrotes...), se lleva la Harley de Chris y es invitada a unirse a una banda de choppers con quienes discute en un oscuro bar las inicios del movimiento de motociclistas.
Esta escena, dedicada a la Shelle y al Profeta de la Carretera, pertenece a Northern Lights, uno de los episodios más geniales. Aunque la verdad es difícil decidir qué episodio es más genial que otro.
La Shelle quiere un hombre así.
¿Hay alguno por aquí?
Ya se me acabaron las dos temporadas, así que despreocúpense.
No habrá más Northern Exposure por aquí en un buen rato.
Mientras seguiré con el chiste que es mi vida, aunque nadie le entienda.
Soy una junkie.
Se me acabaron en tres días los episodios de las dos temporadas de la serie que me trajo Fefé.
Intenté ser disciplinada pero no pude.
Ahora sólo me falta esperar a tener dinero y comprar las temporadas siguientes. Mientras, intentaré aferrarme a los otros vicios que tengo para casos de emergencia.
Ver desde el principio la serie ayuda a observar las transformaciones de los personajes, los movimientos de protagonistas y actores de apoyo, la evolución de personajes ambientales.
Mi personaje favorito siempre fue Ruth Anne. Era sin duda el más fuerte, encantador, independiente y con más sentido común de todos. Tuvo incluso la osadía de enamorarse como adolescente a sus 65 años en una de las temporadas. Fue curioso ver sus esporádicas apariciones en la temporada uno, y luego verla con líneas más completas y en momentos más complejos de las historias. Este desarrollo de los personajes influyó fuertemente en el retiro del aire de la serie. Resulta imposible crear una historia, con personajes tan bien descritos, en un escenario que permite tantas posibilidades, en la que los personajes no terminen por tomar el control de los guiones. Y en esta toma de control Rob Morrow terminó por compartir protagonismo, situación que discutieron sus representantes y para la que no hubo solución. Morrow abandonó la serie y la teleaudiencia no lo toleró. Hacía falta. Ningún otro médico podía sustituirlo. Cada personaje fue insustituible. (A ver si tan machín... en diez segundos, responde... ¿cuántas veces escribí la palabra personaje?)
¿Es o no maravillosa Ruth Anne? En uno de mis episodios favoritos, se cansa de que todos sean tan dependientes de ella, manda todo a la chingada (en su tienda está el correo, la biblioteca, el abarrotes...), se lleva la Harley de Chris y es invitada a unirse a una banda de choppers con quienes discute en un oscuro bar las inicios del movimiento de motociclistas.
Esta escena, dedicada a la Shelle y al Profeta de la Carretera, pertenece a Northern Lights, uno de los episodios más geniales. Aunque la verdad es difícil decidir qué episodio es más genial que otro.
La Shelle quiere un hombre así.
¿Hay alguno por aquí?
Ya se me acabaron las dos temporadas, así que despreocúpense.
No habrá más Northern Exposure por aquí en un buen rato.
Mientras seguiré con el chiste que es mi vida, aunque nadie le entienda.
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