Distancia

Me avisaron ayer que el hermano de una amiga había muerto. Médico, 55 años, en Cd. Juárez, Covid-19.
No sabía si sería prudente hablarle y le mandé un mensaje. Me pidió que le hablara. Yo ya estaba llorando desde que me dieron la noticia. Apenas tres años antes falleció otro de sus hermanos y su padre padece cáncer terminal. 
Cuando me respondió el telefono no podíamos dejar de llorar, ella en su dolor y yo en mi impotencia.
Y es que las lágrimas en la línea telefónica no llegan a ningún lado. Es como un largo tubo sin fondo, no hay abrazos para contenerlas.

* * * * *
Una enfermera amiga de mi mama está enferma.
Mi compañera de cubículo salió también positiva.
En la capital nos sentíamos más o menos seguros, pero ya no.
Serán dos semanas complicadas.

Si puedes, quédate en casa.



Comentarios

Ya ocurrieron situaciones similares entre conocidos míos. Una pena que la gente se espera hasta que le ocurra a alguien que ellos conozcan para ahora si decir "bueno, entonces ya creo que es verdad". Estamos en un tiempo en el que para el grueso de la gente, todo está sujeto al "yo creo" y al "yo pienso"; pero las verdades científicas y el mundo físico no se detienen solo porque un imprudente se refugie en la negación de esa manera.

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