Hijo de maestra, hijo de lo peor

Así le decía la maestra de ESEM de bachillerato a nuestro amigo Rodrigo, que tenía ya tres años reprobando quinto semestre. Su mamá, maestra de literatura de la escuela, consiguió que se decidiera a graduarse después de una campaña intensa de vergüenza y desprestigio consistente en asomarse cada día al salón y decirle a su hijito (de casi dos metros y bigotote): "Rodriguito, ¿te trajiste tu suéter mi amor?" o "Rodriguito, se te olvidó el sangüich en el carro, toma mi vida" o "Rodriguito ¿ya pudiste ir al baño?"
Yo estoy convecida que si no hubiera sido por eso, Rodriguito no sale de la prepa ni con abogado.

En esa frase pensaba esta mañana que leí un correo de una amiga maestra con el siguiente texto.
Lo comparto, para las maestras, las que como yo fueron maestras, o los hijos o hijas de maestras que anden por aquí.


Soy hijo de docente...
Hoy estuve pensando en esto de ser hijo de docente, en realidad nunca le había prestado atención, hace poco vi una película «Un novio para mi mujer» en la cual la protagonista dice: «Odio a la gente que busca casualidades» , bueno, a mí me encanta, me parece asombroso. Y si no, díganme si no:
Soy hijo de maestra, cuatro de mis tías también son maestras, tres de mis amigos son hijos de docentes, dos amigas de la secundaria estudiaron magisterio, la mejor amiga de mamá es docente, y las «chicas» con las que se junta… adivinen, también son docentes. La palabra docente tiene el siguiente significado: «que enseña // relativo a la enseñanza».
Dadas las circunstancias de vida rodeado de docentes y sobre todo con una madre docente, puedo ayudarles a que realicemos el análisis de «el docente y su entorno, o el docente en familia, como quieran».
Empecemos, el 80% de las docentes de entre 40 y 50 años fuma; de ellos, el 90% fuma Derby Suaves, ya jubiladas cambian a Virginia´s Slims, cigarrillo que comparten con las señoras adictas al bingo (de las cuales el 50% son maestras jubiladas). Las docentes son excelentes abuelas, suelen decir cosas como «cuidé hijos ajenos toda la vida, a los tuyos cuídatelos vos, yo quiero hacer yoga». Los hijos de docentes sabemos mucho del léxico docente, sabemos de «adaptación curricular» así se denomina a la media hora en la cual tu mamá no te habla, luego de haber llegado del colegio, no intentes hablarle una palabra… porque la contestación termina en pelea, es como un «estado de crisis».
Los hijos de docentes, sabemos lo que es ir a guardería desde los 45 días de vida, las maestras son nuestras primeras y segundas madres, el 90% sabemos cocinar con: «lo que hay en la heladera» y lo aprendimos a la fuerza, si no te hacés algo estás frito y muerto de hambre, ya que por lo general no la ves a mamá antes de ir al colegio (a tu colegio); los hijos de docentes sabemos hacer la tarea sin la ayuda de mamá, sabemos plancharnos la ropa, cosernos las medias y, sobre todo, movernos solos. Para nosotros la palabra «aguinaldo» significa: «zapatillas nuevas» y una esperanza a cualquier otro tipo de gasto «cuando cobre el aguinaldo, vemos». Los hijos de docentes esperamos el Día del Maestro como a Papá Noel, seguro comemos chocolates y algún que otro regalo pegamos. No quiero olvidarme de algo esencial, los hijos de docentes nunca tenemos el cuaderno de comunicación firmado por mamá, sino por papá. Porque si querés saber qué tipo está casado con una docente lo único que tenés que hacer es ir a la entrega de libretas de los chicos, 30 madres y 4 padres, simple, maridos de docentes o desocupados. En los actos escolares, reconocés un hijo de docente porque es el peor pintado, nunca me salió pintarme con el corcho quemado, pero de esa manera aprendimos a tener madres sustitutas y pedirle a la mamá de tu amigo que te pinte, obviamente que en la primera fila, papá (si es que no trabaja), ni hablar si te toca hacer de Colón y a mamá le toca hacer el «Acto del Día de la Raza», el disfraz lo terminas a las 3 de la mañana y esa semana bajas 4 kilos porque lo que menos importa en casa es: «la comida».
Mamá docente, no sólo da clases a la mañana sino que por lo general a la tarde corrige, planifica... Señoras y señores, el ser docente no es un trabajo de medio día, es un trabajo de vida completa.
Releo lo que escribo y pienso que esto puede sonar como una queja, lejos de eso está, las docentes son las mejores madres del mundo, nos enseñan la palabra «independencia» , nos hablan de arreglárnosla solos, pero cuando las necesitamos, aparte de docentes son mamás, y las mejores que conocí, ¿cómo no van a ser las mejores? si tenemos mínimo 20 hermanos por año. Mi mamá docente me enseñó a vivir, y cuando me preguntan ¿a qué se dedica tu mamá? Digo: es docente, es psicóloga, es maga, es psicopedagoga, es esposa, es mi mamá (y la de un montón más).


AUGUSTO MANZANO.

Comentarios

Anónimo dijo…
pero que bonito que un hijo se exprese así!!

con 20 hermanos diferentes cada año. la madre de mi secre es maestra de preescolar, y se mete tanto en la vida de los niños que ahora los que fueron sus primeros alumnos la adoran como una madre.

saludos!
Anónimo dijo…
Me saco una lagrima... si, soy hijo de docente
Juano dijo…
Tssss yo no soy hijo de docente... sino que mi jefita trabajaba en la maquiladora xD entons pss tampoco la veia... me identifique mucho con eso, y por parte de la familia de mi papa todas las mujeres son Normalistas o sino al menos se han desempeñado en algun momento de su vida como maestras incluyendo a mis hermanas... que raro, no me habia puesto a pensar en eso
Amalthea dijo…
Y la lágrima de Remi se me asoma... Yo también soy hija, sobrina y nieta de docentes.
Faltó, al menos en mi caso, las fraces célebres, esas que te dicen sin querer como: "Revisa primero tu, si crees que esta bien enséñamelo, si no, repítelo antes de que yo lo vea" aunque solo quieras enseñarle las fotos de tus hijos, o: "Escucha primero la instrucción completa, y luego empiezas" aunque solo intentas probar la sopa.
Además confiésome culpable de haber heredado algunas mañas docentes (aunque yo no lo soy) y aplicarlas, inconcientemente, CONTRA mis amigos o hijos... que lindo esto de ser un hjo del mal!!
Cassiopeia dijo…
Hay que hablar con Augusto. Peor que hijo de docente, tiene que ser hijo de una periodista.
Ann, hay maestras que tienen esa capacidad. Otras tienen la habilidad de ser buenas amigas. Yo tenía la habilidad de traerlos a madre. Me tenían cariñito mezclado con poquito rencor. Jejeje...

Anónimo... sí... está lindo. Un día se los voy a enseñar a mis hijos.

Juano, yo creo que los hijos de maestra o de cualquier mujer que se desarrollara fuera de su casa, han pasado por las mismas experiencias que les concedieron autonomía. Por necesidad o elección, bien por todas esas mamás!

Amalthy, la mía es ésa: "Revisa primero tu, si crees que esta bien enséñamelo, si no, repítelo antes de que yo lo vea" y regreso a mis hijos veinte veces a sus computadoras a que revisen sus textos o sus tareas. Jejeje...

Cassiopeia, tendrás que escribir al respecto.
Cassiopeia dijo…
Jajaja!
Es una petición, o una sugerencia?
Un reto, o una invitación?

(todavía nada en el buzón?)

Más besos
Unknown dijo…
Hermosa y veraz, la carta. Describe los esfuerzos de todas las mujeres, sea cual sea su ocupación. Ejemplares son los hijos que no se pierden ni culpan a sus padres por la poca presencia en sus vidas y saben ayudar uniéndose a esos esfuerzos.
Anónimo dijo…
Alaaa... toda la vida pensé que mi mamá era enfermera, con este escrito corrijo... MI MAMÁ ES DOCENTE y a veces tiene 20 hijos cada día.

Cuando niña, ella jugaba conmigo: sostenía una muñeca mientras en alguna parte de su sueño y sus ronquidos jugaba conmigo, yo la cobijaba y mejor me iba a hacer lo mío: construir cosas o cantarle a mi papá :)
Anónimo dijo…
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