Preinscripciones
Un baldazo de agua fría en estas mañanas a 0 grados habría sido menos duro que la llegada a mis manos de la constancia de preinscripción de William a la secundaria.
Así sin besito, sin vaselina y sin nada.
Este día tenía que llegar.
Hemos hablado durante dos años sobre qué opción sería mejor, si continuar con escuela privada o buscar una escuela pública, si cuál, si cómo, si dónde... y aunque finalmente las decisiones al respecto fueron tomadas, es hasta ahora que nos damos cuenta de la magnitud de todo esto.
Tengo ante mí un niño casi de mi estatura, que pesa y calza lo mismo que yo. Veo sus fotos de pequeño y si no fuera porque me da los buenos días cada mañana, me preguntaría continuamente quién es este niñote y qué hizo con mi bebé.
Pienso en él durante sus primeros meses de vida. Lo veo retándose a levantarse de la cuna y aplaudiéndose cuando sucedía. Lo recuerdo clarito parado, aun sin saber caminar, junto a mi cama, empujando con su dedo regordete un pequeño carrito. Nos dimos cuenta entonces: Teníamos un investigador en casa. Porque la acción de empujar el juguete no era un mero juego, era observación, acción, reacción. Ese bebé se ha mantenido dentro del cuerpo de mi ahora preadolescente y ahora tengo un chico con unos conocimientos muy vastos sobre muchas cosas y una ingenuidad tremenda ante otras más.
Cuando entró a la primaria vimos con mucha tristeza cómo perdió un poco de su capacidad para reír y cómo adquirió un fuerte sentido de la vergüenza y la frustración, pero consiguió superarlo con el tiempo para volver a reír como antes y ser ese niño completo y sano.
A su espíritu de observador se sumaron todos estos años las cualidades más hermosas que uno puede desear en un hijo: la generosidad, el amor, el orden, la curiosidad, el sentido del humor, la cortesía...
Entra este año a secundaria y temo.
¿Qué irá a perder?
¿Qué irá a ganar?
¿Lo va a poder superar?
Así sin besito, sin vaselina y sin nada.
Este día tenía que llegar.
Hemos hablado durante dos años sobre qué opción sería mejor, si continuar con escuela privada o buscar una escuela pública, si cuál, si cómo, si dónde... y aunque finalmente las decisiones al respecto fueron tomadas, es hasta ahora que nos damos cuenta de la magnitud de todo esto.
Tengo ante mí un niño casi de mi estatura, que pesa y calza lo mismo que yo. Veo sus fotos de pequeño y si no fuera porque me da los buenos días cada mañana, me preguntaría continuamente quién es este niñote y qué hizo con mi bebé.
Pienso en él durante sus primeros meses de vida. Lo veo retándose a levantarse de la cuna y aplaudiéndose cuando sucedía. Lo recuerdo clarito parado, aun sin saber caminar, junto a mi cama, empujando con su dedo regordete un pequeño carrito. Nos dimos cuenta entonces: Teníamos un investigador en casa. Porque la acción de empujar el juguete no era un mero juego, era observación, acción, reacción. Ese bebé se ha mantenido dentro del cuerpo de mi ahora preadolescente y ahora tengo un chico con unos conocimientos muy vastos sobre muchas cosas y una ingenuidad tremenda ante otras más.
Cuando entró a la primaria vimos con mucha tristeza cómo perdió un poco de su capacidad para reír y cómo adquirió un fuerte sentido de la vergüenza y la frustración, pero consiguió superarlo con el tiempo para volver a reír como antes y ser ese niño completo y sano.
A su espíritu de observador se sumaron todos estos años las cualidades más hermosas que uno puede desear en un hijo: la generosidad, el amor, el orden, la curiosidad, el sentido del humor, la cortesía...
Entra este año a secundaria y temo.
¿Qué irá a perder?
¿Qué irá a ganar?
¿Lo va a poder superar?
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Actualización
¿Recuerdan el Club Postal?
Pues mi carta ya le llegó a Todavía.
Y hay otras tres cartas volando a direcciones diferentes.
¿Recuerdan el Club Postal?
Pues mi carta ya le llegó a Todavía.
Y hay otras tres cartas volando a direcciones diferentes.
Comentarios
Me sacaste una carcajada.
Porqué no le das esta cartita a tu hijo y esperas que el te responda... quizá el no se lo ha preguntado aún.
No tengo hijos pero si hermanas adolescentes y el unico consejo que te puedo dar es que le expliquen todo lo que tenga que saber USTEDES mismos y no lo dejen que su ingenuidad lo haga mal informarse con sus compañeros.
Podrá seguir siendo inocente, pero desinformado nunca!
saludos :D
William es un poco menos expresivo que su hermano, afectivamente hablando y nos servirá mucho a los dos que yo le diga todo esto, sobre todo lo que me preocupa.
Séptimo, me sirvió mucho esto que dices sobre explicarlo lo que nosotros mismos tengamos también que saber.Es un parámetro muy útil.
Y va a ser aun más lindo cuando tu bebé te lleve a la casa a la primera novia. Muero por leer el post al respecto =)
Séptimo tiene razón: hablen con él sobre lo que tengan que hablar antes que sus compañeritos lo malinformen como me malinformaron a mí. Mira que malinformado seguro se va a divertir más, pero también sería mucho más peligroso.
Tanto me encantó que voy a ir a cenar justo en este momento.
Todavía: Eso no va a pasar. Mi hijo no va a tener novia. Se va a quedar en casa a cuidar a mamá.
Juano, si los años no han pasado... se me han quedado todos, los muy rejijos!
Isn´t that the best part? The human being at the door.
We have this contact everyday, with our neighbors, family, friends but to have it among the bills that have to be paid... yes, letters are awesome. Real letters, in a paper that a human being touched and folded and wrote on.
I remembered how it was to receive a letter but I never imagined how it was for the other person to receive what I had written. I must say after reading Todavia´s blog that I think I got as excited as you.
To think that three more of my letters are flying right now to different places...
Again, thanks for your words Trying.
Dios que tiempos aquellos!
Congrats comadre! ya sobrevivio para contarlo...
un abrazo
pero en realidad calzan del mismo lso dos?? un bebe no puede crecer tanto en tan poco tiempo..dime q no!!!
Y sí, Lala, en diez años la estatura la triplicó y el peso lo aumentó en más de... un chingo. Nomás diez añitos.
Muy bien simplificado.
Pero creo que ahí la llevamos.
un abracito para tì, a mi me pasò con mi hermana, me quedè en sus 6 años y mucho tiempo respondì que tenìa 6 años (nos llevamos 16) ahora tiene 13 y este cumple 14... ains que ràpido
A veces echo mucho de menos a mi bebe... y no tiene nada que perder!!! va a aprender y a crecer y a hacerse menos ingenuo... y cuando se caiga ahí vas a estar tu para darle la mano y levantarle... un beso!!
Y sí, las medusas son la neta del planeta.