Pinchi estrés de viernes

Y todo por culpa de una acreditación.
El viernes mientras pensaba a qué hora me iría al concierto de Serrat, me habló por teléfono una de las personas con las que ahora trabajo en mis ratitos libres (estoy escribiendo para una revista de sociedá, jijijiji...), que estuviera lista, que en cualquier momento me hablaba para confirmarme si me había logrado acreditar para ir como prensa al concierto, que consiguiera cámara, grabadora y etcéteras por si se daba rueda de prensa, que preparara unas preguntas, buenas preguntas, por si nos permitían hablar con él antes o después del concierto, que en fin, flojita y cooperando. En cambio, yo me puse tensa y cuasi-histérica pensando qué le iba yo a preguntar al señor. Luego me habló mi prima que ya estaba en el parque y me tenía apartados dos lugares. Enseguida me habló mi ex-jefe que tenía dos pulseritas para la zona 3. Y yo sin saber si aceptar o no porque no estaba confirmada la acreditación. Terminé por aceptar las pulseritas mientras pensaba en qué preguntas hacer.
Como mi amigo Lalo estaba conectado, le pedí ayuda con lo de las preguntas y él me dijo: Ya sé, pregúntale por qué los nacidos en el norte de España son tan fregones, o sea, Dalí, él, Picasso... Pero me quedé pensando que Picasso era malagueño así que se nos tronaba el hilo argumental de la pregunta y valió madre. Vi entonces conectado a Kabeza y también pedí ayuda. Sabiamente me dijo: No preguntes nada, sólo abrázalo. Y volvió a valer madre.
Tuve que convencerme a mí misma que soy rebuena para preguntar y debía despreocuparme. En eso se me ocurrió que lo mejor que podía preguntar era sobre sus viñedos y qué clase de uva estaba cosechando y qué clase de vino estaba produciendo. Tan tán, problema resuelto.
Inmediatamente después me habló mi compañera de la revista, que no iba a haber rueda de prensa, pero que me lanzara con fulanita para que me dejaran pasar ahí enfrentito, enfrentito, con los demás periodistas, que no había gafetes pero que me iban a dejar pasar.
Mentira.
No andaban tan mamones, pero no me dejaron pasar a buscar a la fulanita. En eso mi ex-jefe se comunicó, me llevó las pulseritas y pude pasar para buscar a la mona y que me dejara entrar al área de prensa. Ya estando allá me relajé, pero nomás un poquito cuando me di cuenta que no me dejarían salir a entregarle las pulseritas a Fefé y los niños.
Comenzó a llegar la gente, el escenario estaba frente a mí, rolas de Serrat pasaban por mi cabeza y yo sin tener con quién compartirlas. Quise llorar.
Fefé habló enseguida. Me tranquilizó su voz. Es un hombre sumamente recursivo, algo haría para entrar y estar junto a mí.
Efectivamente, entró unos minutos más tarde. Me contó que una persona lo había saludado, habían hablado y que esta persona le ofreció un gafete de prensa para que pudiera pasar. Fefé pasó, en la entrada checaron a los niños que no traían boleto y Fefé les dijo: ¿Qué se supone que haga? Yo tengo que pasar a tomar fotografías y ni modo de dejarlos solos en las gradas. Los dejaron pasar. No supimos quién le prestó el gafete. Dice Fefé que no lo conocía.
Llegaron mis hombres y con nieve, papas fritas y refrescos, mantuvimos a los enanos debidamente ocupados para disfrutar del concierto.
Jijoelachingada. Deveras que uno no es nada si no tiene con quien compartir algo chido.
Serrat abrió con Cantares, así sin vaselina, sin un besito siquiera. Lloré, a huevo. Lloré con Tu nombre me sabe a yerba, Lucía, Esos locos bajitos, Es caprichoso el azar, Para la libertad...
También me reí, entre rola y rola con las intervenciones del señor. Me reí con Señora, recordando que Fefé fue también un beso del infierno, pero un beso al fin, Señora. Me reí, tristemente, pero me reí con Algo personal, pensando en la balacera de la noche anterior donde perdieron la vida 11 personas, pensando en esos sicarios y en los otros, los cachorros de buenas personas, los peores, los que permiten que estas tragedias estén sucediendo.
En fin.
Qué noche.
No hubo entrevista, pero qué tiene. Tuve al poeta ahí enfrentito de mí.
Cuando un tipo es un tipazo, se nota. Y Serrat es un tipazo.

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