-- Psss... ven... - me llamó una voz en un susurro. Y la voz venía acompañada de la figura alta y exquisita de una de mis amigas las decentes. Las que no se terminan toda la comida del plato y pueden hablar sin utilizar expresiones altisonantes.
-- Dime.
-- Shhh... que no nos oigan. Oye, ya voy a cumplir años de casada y quisiera que me acompañaras a comprar un regalo para mi esposo.
-- Claro, ¿qué le piensas regalar?
-- Pues es que... quiero ir a una tienda de ésas... jijijiji... pero me da pena ir sola. Por eso quiero que me acompañes. Jijijiji.
-- ... Bueno. No tengo mucha experiencia en esa materia, pero te acompaño. Las veces que he ido salgo sin nada. Ver esas cosotas ahí colgadas me provocan anorgasmia fulminante.
-- Cierto, yo tengo una y ni al caso. Te la meten y casi se te salen los ojos. Jijijijijiji...

Lo escalofriante es que no estaba bromeando.
Y además, que es una de mis amigas finas.
Caras vemos... juguetesparaadultos,fetichismosyparafilias no sabemos.

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