PPHHH... PPHHH... PPHHH...
Por horas y horas desde ayer.
En realidad me es imposible inventar la onomatopeya para el sonido que produce la falta de señal de la antena del Dish.
Fefé se trepó ayer al techo a las 18 hrs. y se bajó a las 24 hrs., con las manos entumidas y cercano a una neumonía.
El BigBrother vino a quererlo ayudar, ya que él había pasado tres horas, brujulita y nivel en mano, para poder orientar la antena. Su ayuda se resumió en cuatro palabras: "Contrata a alguien, güey" y en la historia de por qué U2 no quería venir a México, pero ésa es otra historia.
Fefé no aceptó el consejo, prefiere aprender a hacer las cosas. Insiste a pesar de que yo le digo que eso del "aprendizaje", "conocimiento", "mejor el viaje que el destino", etc. están sobrevaluados.
Pero así es él.
El BigBrother dice que es un nerd. Yo lo niego con vehemencia.
Mi mamá dice que es un sociópata. Yo no lo niego, tan sólo lo pongo en duda.
La Shelle dice que después de nueve años, le sigue resultando incomprensible. Yo me sé el código secreto.
A unos, intimida. A otros, exaspera. A mí, todavía me inquieta.
Sus chistes pueden ser muy malos, y los buenos, nadie los entiende. Yo tengo grabada su risa en algún cd.
Escucha a Calexico y a Lhasa de Sela. Yo le escuché quemar un disco de Luis Miguel. A escondidas.
No fuma, pero me acompaña a veces con un Romeo y Julieta.
No escribe, pero me deja recados escritos al revés en la Bodeguita.
No cocina, aunque siempre me presume sus conocimientos de gourmet.
Hago un recuento y posiblemente son los únicos "No" que Fefé posee.
También posee unos bucles oscuros y una piel dorada envidiable; un genio matemático y otro electrónico; un espíritu bohemio y otro aventurero; y además, un estilo literario que nadie entiende, demasiado adelantado a su época.

Fefé no es un misterio, ni pretende ser un enigma, tiene demasiadas cosas en la cabeza.
Y a mí me gusta así.



Iren qué bonitas.

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