Ya mero se acaba el semestre escolar.
Ya casi llega la quincena.
Ya quiero que termine este mes.
Ya me urge que lleguemos a quincena otra vez.

Aunque no me considero una persona que no sepa vivir el presente, mi lenguaje dice mucho de cómo me proyecto al futuro. Y proyectarse de esta manera, sólo significa no estar viviendo plenamente hoy.
Qué curioso.
Las prisas y apuros deberían urgirnos a bajar el paso, pero no sucede así.
Además pareciera que entre más prisa tienes, más cosas haces o más cosas tienes que hacer, un verdadero símbolo de estatus actual.
Yo esto sólo lo he tenido durante menos de un año y la verdad ya me fastidió.
Realmente no quiero que se acabe el semestre.
¿Cómo para qué? ¿Para hacer todos los trámites de ingreso a la prepa de William? ¿Para prepararme para el cambio que va a sufrir mi dulce, dócil y voluntarioso Harry ahora que entre a tercero de secundaria? ¿Para darme cuenta que si todos sus planes se cumplen y consiguen estudiar su carrera donde quieren, me quedan tres o cuatro años con ellos en casa?
No.
No quiero que se acabe el semestre, ni el año. Pero no puedo hacer nada por detenerlo. Por eso voy a bajar el ritmo y sentarme un poco. 


Comentarios

sandy gallia dijo…
A veces es buena idea sentarse y vivir aquí y ahora, me parece curioso que desde que soy freelacer ya no me quejo ni de los lunes ni espero los viernes... mi vida es mas tranquila

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