Crecimiento
Dos semanas son suficientes para que pasen cosas inesperadas.
Lula, mi perra labrador, quien toda su vida había sido un témpano de hielo, despertó finalmente. De haberlo sabido le habría llevado a Lorenzo, el labrador chocolate de mi amiga L. Pero no. La leona dormida fue despertada por un Alaska Malamute un día que tuvieron que sacarla un rato para hacer unos arreglos en el patio. Y luego la despertó un Cocker. Y después un French. No me pregunten cómo la alcanzaron. No quiero recordar la impresión que me dejó ver a mi Lulú pegada a un perro un día que llegué de trabajar.
Ahora a llevarla al veterinario porque ya tiene diez años de edad y no quiero que se me descalcifique con el embarazo.
Otro que de repente creció (pero no como la Lula --cruz,cruz--) fue William.
Ya está de mi tamaño, tiene espinillas y la voz dejó de írsele. Sin embargo esas señales, en mi estado materno incapaz de dejar a sus hijos madurar, no fueron suficientes para ver lo que pasaba con mi niño. El signo contundente fue escucharlo decirnos un día:
-- ¡Por qué todos están contra mí!
Y al siguiente, después de decirle con un gesto y un "shhh" que bajara un poco la voz:
-- ¡No me grites!
Yep.
Ya tengo un hijo adolescente en casa y una perra muy seguramente preñada.
Fueron dos semanas muy largas.
Ando en Toluca y prometo escribir más seguido.
(Y otra que ya no da sorpresas porque es su comportamiento habitual, es la Pirus, la gata de la calle, que también hace unas semanas llegó con su paquetito de tres gatos que ya tienen nombre: Boggis, Bunce y Bean, por si alguien desea adoptar a uno, ya todos comen solitos)
Lula, mi perra labrador, quien toda su vida había sido un témpano de hielo, despertó finalmente. De haberlo sabido le habría llevado a Lorenzo, el labrador chocolate de mi amiga L. Pero no. La leona dormida fue despertada por un Alaska Malamute un día que tuvieron que sacarla un rato para hacer unos arreglos en el patio. Y luego la despertó un Cocker. Y después un French. No me pregunten cómo la alcanzaron. No quiero recordar la impresión que me dejó ver a mi Lulú pegada a un perro un día que llegué de trabajar.
Ahora a llevarla al veterinario porque ya tiene diez años de edad y no quiero que se me descalcifique con el embarazo.
Otro que de repente creció (pero no como la Lula --cruz,cruz--) fue William.
Ya está de mi tamaño, tiene espinillas y la voz dejó de írsele. Sin embargo esas señales, en mi estado materno incapaz de dejar a sus hijos madurar, no fueron suficientes para ver lo que pasaba con mi niño. El signo contundente fue escucharlo decirnos un día:
-- ¡Por qué todos están contra mí!
Y al siguiente, después de decirle con un gesto y un "shhh" que bajara un poco la voz:
-- ¡No me grites!
Yep.
Ya tengo un hijo adolescente en casa y una perra muy seguramente preñada.
Fueron dos semanas muy largas.
Ando en Toluca y prometo escribir más seguido.
(Y otra que ya no da sorpresas porque es su comportamiento habitual, es la Pirus, la gata de la calle, que también hace unas semanas llegó con su paquetito de tres gatos que ya tienen nombre: Boggis, Bunce y Bean, por si alguien desea adoptar a uno, ya todos comen solitos)
Comentarios
Creced y multiplicaos ¡pos que chingaos!
Es la ley de la vida, creo.
Cuídate del frío, luego nos leemos.
Yo también tenía una perrita que se llamaba Lula, la muy ingrata se fugó, solo dios sabe que fué de la condenada.
¿Tienes ya a mano las fotos con las que lo avergonzarás con sus amigos y en unos años que te lleve a la novia? =D
Saludos.
abrazo.
cuánta hormona
y fertilidad
Cuidadooo!
jejejej
saludos
oh rayos
vas a tener como 500 perros jajajajajaja nno es cierto.
Espinillas, tu tamaño y voz que se dejó de ir?
te esperan 8 largos años
Afasia: ahí la llevamos. Cuando suelte el Nadiemecomprende volveré a soltar la carcajada como con el Porquétodosestáncontramí.
Tú tienes la culpa de que se haya ido y yo de que ahora le dé vuelo a la hilacha: le pusimos Lulú y es un nombre muy kinky.
Sandy: listas y archivadas en un sobre rotulado con "ábrase en caso de emergencia".
Enna: recuerdo que cuando eran pequeños me trataba de imaginar cómo serían de adolescentes y aunque no podía, definitivamente no habría podido imaginar unos tweens más bellos, de todo a todo. Si siguen creciendo así, creo que puedo acostumbrarme.
Ann, the later the better. Te va a ir muy bien con ella, vas a ver.
Implicada: insisto, sólo en ese orden.
Ben, imagínate! yo no sé de dónde sacó la estatura porque amenaza con seguir creciendo. Dice Fefé que ha de ser por todo lo que duerme y traga.