Para el próximo año

 Se acerca apresuradamente el fin del 2020. Hay quien lo espera como si fuera la solución a los problemas. No lo es pero seguro algunas soluciones vendrán con el nuevo, así como más problemas. 

Mi ciudad sigue en semáforo rojo. La primera entidad en regresar. Todo lo no esencial cierra a las 7 pm y en fin de semana. No he ido al mandado en estas dos semanas. El único vegetal en mi refri es una bolsa con apio y tres espárragos lacios. Los hombres en casa tienen las patillas a media cara y el cabello tapándoles los ojos. La relativa quietud me ha permitido algunas cosas. De hecho me di cuenta que  puedo actualizar mis propósitos del 2019. Nomás me ha llevado dos años.

Me dije que mejoraría mi salud y debió funcionar porque me convertí en Matt Damon en “Contagion”, pero además hace unos meses me empecé a atender un problema de años que me afecta la piel. Llevará tiempo pero ya empecé.

He seguido sin fumar.

Bueeeeee... fumé un par de días en que Fefé estuvo internado. Si no lo hubiera hecho habría terminado por tirar la casa y volverla a levantar. Pero ahí quedó. Me digo que esto es temporal. Me motiva que volveré a fumar cuando tenga 70 años.

Me hice un par de metas medioambientales. Conseguí elaborar un desodorante buenísimo, una crema corporal, bálsamo labial y unos jabones sencillos. Aún me falta aprender a hacer shampoo y acondicionador. Ya tengo los manuales, es cuestión de poder ir a comprar los insumos y experimentar. Estoy contenta porque estoy reusando recipientes y dejando de comprar algunos productos.

Sobre la familia, seguimos con el proceso terapéutico de Harry. Estos meses han sido de diagnósticos y duelos. Su atención ahora es más integradora y todos estamos participando. La palabra autismo apareció en su último diagnóstico y muchas cosas están cobrando sentido para nosotros. El no fue enterado de esto pero no es tonto. Lo sospecha y piensa que eso lo ayudará a entenderse más y renunciar a luchas sin sentido para enfocarse en lo que sí puede hacer. William se ha vuelto más comprensivo. Estamos planeando un viaje con ellos. Cuando se pueda viajar de nuevo.

Algo sucedió en mi ámbito laboral. Sigo buscando pero sin tanto empeño. Me di cuenta que mi incomodidad se debía a cómo, con la maestría encima, no podía dedicarme en el trabajo como estoy acostumbrada y eso me creaba insatisfacción. Ahora que terminó la escuela recupero mi tiempo y motivación. Esa era la otra, terminar la maestría. Terminé con 9.9. Mejor promedio sin graduación. Aun me falta el curso para titularme que planeo iniciar en enero.

El año pasado me surgió un gran interés por la cerámica. Ya quería encontrar el tiempo para enlistarme en algún curso. Ni encontré el tiempo ni hallé el curso. Pero hace un par de meses IG me regaló una publicación sobre un curso en la ciudad. Y ya empecé. Me ha hecho bien. Qué increíble es desconectar el cerebro y dejar a las manos hacer. Justo como imaginaba. Ahora quiero más arcilla para intentar diseños que se me han ido ocurriendo o que se me atraviesan por la red. También hace unos meses me invitaron a integrarme a un taller literario en la UNAM. Claro que no dije que no. He estado escribiendo con mayor disciplina pero debo dedicarle más a las revisiones. Me encanta todo lo que estamos leyendo en el taller y lo que estoy leyendo por fuera. Como parte de este hacer cosas para mí, agarré un curso de italiano en Duolingo. Está muy bien! Io sto imparando molto.

Y sobre los temas mundanos y terrenales que tenía, esa parte es 90% Fefé planeando y 10% yo echando a perder. A él se le da mejor el mundo. Yo fracaso estrepitosamente. Cumplo con echarle porras y hacer macetas defectuosas para su diversión. El año entrante saldrán mejor.











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