Fin y principio.

Entre mi absoluta ignorancia y la capacidad desinformativa de las instituciones públicas y privadas involucradas, pasé por un proceso largo y tortuoso para finalmente conseguir las llaves de mi casa.

Pero ya están en mis manos.

Ahora estamos en la fase de las cotizaciones para equiparla. Y eso  se siente sumamente bien, aunque probablemente nos cueste el divorcio a Fefé y a mí por diferencias estilísticas irreconciliables.

Aunque bueno, eso del divorcio ya ni siquiera es tema de discusión. Mientras firmaba los documentos en la notaría el marido me susurró al oído:

--¿Te das cuenta que con esta deuda que nos acabamos de echar encima ya no nos va a alcanzar para un divorcio?

Un romántico, él.

Cuando empezó el año pensé que ningún acontecimiento podría superar al 2014, conocido también como el año de “Influenza, me la pelas”. Pero parece que sí. 2015, el año en que compré casa. Y el año en que espero también termine la maestría.

Por caridad.

Comentarios

Amalthea dijo…
Uy... me hubieras preguntado...
Doy asesorías inmobiliarias, para ti, gratuitas.
Chale, llego tarde a todo.
Chale, llego tarde a todo.
Juano dijo…
No se, acabo de leer esto y me dio una sensación que lo había leído antes, que gusto que ya tengas casa, congrats!

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