Resultados negativos

La última vez que escribí, acabábamos de poner en venta la casita. Ese mismo día publiqué el anuncio en FB y a los cinco minutos se comunicó una conocida. Fue a verla al día siguiente y esa misma noche la apartó. Dijo que ya le habían ganado un par de casas en ese fraccionamiento antes y que esperaba que esta vez sí lo consiguiera. Me escribió que la casita le había encantado, que parecía que ella hubiera elegido el diseño y estaba emocionada y yo también me emocioné con sus palabras. Metimos mucho cariño en esa casa y me da gusto que vaya a ser recibida con tanto cariño.
El documento de compra-venta ya está firmado. Ya sólo son detalles los que faltan para terminar de decirle adiós.

Los nuevos planes, por otro lado, siguen avanzando. Avanzan de a poquito, como por ejemplo... llevando a un arquitecto a conocer el terreno, terminando de despejar dudas con la inmobiliaria, haciendo bosquejitos en un programa y poniendo en Pinterest todo lo que nos gustaría hacer.

Cómo ven? Ya podré ir despidiendo a mi arquitecto?

Ya sé que no, con una chingada, déjenme divertirme en paz. Me he entretenido horas con el programita.

Así va eso.

Ahí van otras cosas también.

Mi jefe estuvo aislado las últimas dos semanas porque su hijo se contagió de Covid. Esa semana de los primeros síntomas yo estuve metida en la oficina trabajando con él porque teníamos encima “el evento” (no quieren saber). Un día antes de “el evento” lo mandaron a su casa y me aventé al otro día sola la coordinación de los gerentes y demás integrantes del equipo para el dichoso evento, además de un equipo legal y autoridades del estado. Fue un éxito, si así se le puede llamar, pero terminando, allá de las ocho de la noche, con los pies ampollados y a media pizza y cerveza que mi cuerpo pedía a gritos, comenzó a inquietarme la idea del contagio.

Por fortuna sólo me duró un par de horas y eso porque estaba agotada física y mentalmente. Luego se me pasó. Y es que sí hubo cierto riesgo, primero de que él se hubiera contagiado del hijo y luego porque sí fue necesario encerrarnos varias horas a trabajar. Se me pasó porque al final de cuentas nos cuidamos bastante en el trabajo: tapetes, cubrebocas, caretas, gel antibacterial, toallitas sanitizantes, separadores en el comedor... y mi jefe además es sumamente cuidadoso con la salud, así que imagino que en su casa también era igual de obsesivo con la higiene y la sanitización, así que estaba segura que él no se iba a enfermar y en consecuencia yo tampoco.

Y no.

No se enfermó. El lunes regresa a la planta. Yei.😒

Esas cosas, entre otras, han estado pasando. 

Ha habido algunas tristes. Hoy sería el cumpleaños 75 de mi papá y la ola no se retira, nada más se mezcla con otras.

Harry está teniendo problemas en la escuela por primera vez en muchos años en los que ya había aprendido a manejarse con TDAH. Pero la universidad es otra cosa y necesitamos más herramientas.

Llegar a eso, que es tan simple y evidente, me tomó algunos días. Me sentía terrible. 

Un vez, cuando Harry tenía unos once años, decidió que se compraría un teléfono celular. Trabajó mucho en casa, haciendo mandados y cosas más allá de sus deberes para juntar dinero para el teléfono. Finalmente lo compró.

Ese día fuimos a un supermercado y lo llevó consigo. Ahí mismo lo extravió.

Verlo llorando, avergonzado, me parte, me enoja.

Recordé ese episodio cuando vi las calificaciones del semestre. Me causó el mismo dolor, el dolor de haberlo visto trabajar tanto todo el semestre, de verlo desvelarse estudiando, escribiendo un ensayo, una investigación, transcribiendo notas... y de todos modos perderlo.

Ya estamos mejor.

Estamos en la búsqueda de las herramientas.

Por lo pronto empezó a atenderse con una terapeuta especialista en el tratamiento de ansiedad. Y vamos a empezar un proceso de diagnóstico nuevo para tener una idea más clara de qué áreas debe trabajar. Ese diagnóstico puede indicar si es candidato para un cierto tipo de terapia o si sigue con su tratamiento regular.

Por ahí vamos a empezar. Ya tenemos un rumbo en el corto plazo y yo soy de un paso a la vez. 

Ya dimos el primero.